Desde que la Comisión Nacional de Béisbol anunció la creación de la Liga Élite, prevista para comenzar el venidero 8 de octubre, los aficionados comenzaron a proponer nombres para sus equipos, formados por la unión de dos o tres provincias vecinas.

Los directivos llevaron a votación sus propuestas en el sitio oficial del béisbol cubano, al igual que hicieron días antes para escoger la variante más efectiva de agrupación.

Producto de esto al equipo formado por la unión de Industriales y Mayabeque se le asignó el de Habaneros, nombre que siete de cada diez votantes ha rechazado, según las estadísticas púbicas mostradas en el mismo sitio al momento de escribir este comentario.

Tanto en las redes sociales como en cualquier lugar donde se reúnen los fanáticos para “hablar de pelota”, han comenzado a surgir propuestas de nombres, teniendo en cuenta la situación geográfica, las características propias de estos dos conjuntos, su historia, o simplemente lo mediático que pudiera ser.

Así se ha hablado de Guerreros, Metropolitanos, Leones huracanados, Vaqueros, Mellizos, Tornados, Remolinos, y hasta Siboneyes, y muchos otros escogidos de la mitología griega, y hasta de novelas de ciencia ficción.

Sin embargo, en medio de esta avalancha de proposiciones con las más variopintas de las explicaciones, apareció un nombre que se ha convertido en un punto de convergencia, según varias encuestas aparecidas en los últimos días en los grupos beisboleros de las redes sociales: Guerreros del Almendares.

Atractivo, funcional, pegajoso, y con un basamento histórico; el nombre ha sacudido la nostalgia de los abuelos, la pasión de los padres, y la curiosidad de las nuevas generaciones, algo crucial para que esta Liga Élite arranque con el pie derecho.

El nombre lo encierra todo en sus diez letras, desde el río que fluye por ambas provincias, hasta la mística del equipo que lo llevó en sus uniformes desde el primer torneo oficial de béisbol en Cuba en 1878, y que fue el campeón de la primera serie del Caribe en 1949, en los predios del estadio Latinoamericano.

Sin dudas el nombre de los Guerreros de Almendares, o Almendares a secas, ha dado en el clavo. Más allá que un guiño a la historia, es representativo de ambos territorios y cuenta con el apoyo de la mayoría de la afición, esa que es protagonista de este deporte y que muchas veces no es tomada en cuenta cuando hablamos de cambios y directivas beisboleras.

La Comisión Nacional de Béisbol tiene ahora la bola en su cancha y debe obrar con premura cuando apenas restan tres meses para el inicio de este nuevo torneo que apoyaremos desde nuestras trincheras con todas nuestras herramientas disponibles. Nos vemos en el estadio.

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