Cuando aún Industriales batallaba en el campo de juego contra sus verdugos de Granma en los cuartos de final de esta Serie Nacional 61, los aficionados del equipo capitalino ya estaban pidiendo un nuevo director y proponiendo candidatos para la próxima campaña.

Todos los amantes de este deporte saben que las derrotas siempre caen en la espalda de los managers, y no es nada nuevo ni asombroso que la fanaticada, en su afán por recuperar aquellos días de gloria, comiencen por ahí el proceso de “incineración”.

Más de una década sin poder subir a lo más alto del podio en nuestros campeonatos domésticos, es mucho tiempo para un equipo que se ufana de ser el más ganador en series nacionales. En todos estos años el equipo azul ha tenido varios directores de prestigio y ninguno ha podido alcanzar la corona. Todo por una sencilla razón: el problema no está ahí.

Después de otro año de decepciones vendrán los análisis, y si los directivos entienden que es necesario un cambio de dirección, solo será para dar un golpe psicológico a los seguidores. Una cara nueva al mando de los felinos quizás mantenga vivas las esperanzas de los fieles, garantice las gradas llenas, y sirva para recoger del suelo las ilusiones perdidas, pero para recuperar coronas se necesita más que eso.

Hasta este minuto Guillermo Carmona continúa al mando de los Industriales para la próxima contienda. En conversación con Tribuna de La Habana el estratega no aceptó que nadie cargara con las culpas de la derrota, mucho menos los peloteros que dirige, y en un acto de humildad y compromiso con la función que ejerce, las asumió todas con valentía.

Carmona, quien ha clasificado a los azules a la postemporada las cinco veces que ha estado en el timón de mando, también se mostró tranquilo ante la posibilidad de una sustitución, y dijo que el equipo está por encima de cualquier ambición personal.

El director que más partidos ganó al frente de Metropolitanos en la historia de ese equipo, sumido en su modestia, aseguró que no tendría problemas en entregar las riendas de la escuadra más mediática en series nacionales, si apareciera un candidato más preparado para ello.

Aún falta alrededor de un año para que comience la nueva campaña, y en ese lapso de tiempo pueden suceder muchas cosas. Los directivos de la capital tienen tarea, y ellos serán los encargados de valorar qué tipos de cambio necesitan hacer para mantener a flote la nave de la bandera de letras góticas.

Mientras tanto la afición de la capital dará rienda suelta a sus pasiones en el próximo campeonato nacional sub 23 a comenzar este verano, y en el marco de la nueva Liga Élite del béisbol cubano, de la cual hablaremos próximamente. Nos vemos en el estadio.

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