Los amantes del béisbol en la capital han recibido dos golpes en los últimos días. Primero la eliminación de su amado equipo Industriales en los cuartos de final de la Serie Nacional 61, y luego, por la no convocatoria a ninguno de los peloteros de la provincia para integrar el equipo Cuba que participará en el Campeonato Panamericano sub 23, clasificatorio para el campeonato mundial.

Algo está sucediendo en nuestro deporte nacional cuando el equipo insigne de nuestros campeonatos domésticos no ha podido subir a lo más alto del podio en un espacio de 12 años, que va mucho más allá de directores y técnicos, chivos expiatorios que siempre han cargado las culpas en sus espaldas en todo ese lapso de tiempo.

Algo pasa que va más allá de estrategias en el campo, del sistema usado para la confección de equipos o de planes de entrenamientos, y del fenómeno inevitable de la emigración, flagelo que ataca a todos los equipos del país en menor o mayor cuantía.

Siempre he dicho que las victorias, al igual que las derrotas, tienen sus pilotes fuera de los terrenos. El factor psicológico y la salud mental del atleta, son tan importantes como su estado físico y sus conocimientos técnicos, y su deterioro traerá sin dudas malos resultados en las competencias deportivas.

Lo ocurrido con los lanzadores Andy Vargas y Erick Cristian González es un ejemplo más de los errores que cometen muchas veces los directivos, al olvidar la importancia que requiere la implicación emocional en la práctica del deporte.

No voy a hablar de estadísticas ni del alto rendimiento que tuvieron en esta campaña. No me compete confeccionar selecciones nacionales ni poner en tela de juicio los parámetros que tuvieron en cuenta para esa decisión, pero sí la forma que utilizan para ello.

Ambos, miembros de la preselección desde el día que se hizo pública, concluyeron su actuación en la serie hace una semana cuando su equipo azul no pudo pasar a semifinales. Siete días viviendo en una incertidumbre esperando una llamada para su incorporación que nunca llegó, donde jamás se les explicaron los motivos por lo que ya no requerían su presencia en los entrenamientos, cuando se supone que no estaba confeccionado el listado final de peloteros.

Esa práctica, muy común a lo largo de nuestra historia beisbolera, lacera la mente de esos atletas que quizás en el futuro cercano nos representen en competencias internacionales y que pronto volverán a salir al ruedo con sus equipos provinciales.

Alguien dijo una vez que son los pequeños detalles los que son vitales y las pequeñas cosas hacen que sucedan cosas grandes. No podemos olvidar jamás que los factores principales en la práctica deportiva son la motivación, la autoconfianza, y la concentración, y eso hay que alimentarlo a diario. Nos vemos en el estadio.