Terminada la reciente Copa Cuba de Atletismo quedó un buen sabor de boca en no pocos aspectos, pero
también lecciones que debemos tener en cuenta. Tras dos años sin que se realizaran estas competencias, el que nuestros atletas se puedan enfrentar en el estadio Panamericano es motivo de satisfacción.
Aun cuando no estuvieron presentes todos los exponentes del campo y pista cubanos, al encontrarse varios de ellos tomando parte en el Campeonato Mundial de Atletismo Bajo Techo de Belgrado, la lid sirvió de medidor para ver cómo andamos de cara a próximos eventos.
Una atleta que mostró estar en excelente forma en su preparación fue la discóbola Yaimé Pérez, quien se impuso con lanzamiento de 64,02 metros en lid donde envió el implemento por encima de los 60 metros en seis oportunidades; y ello, con la vista puesta en el campeonato mundial de Eugene, el próximo verano,
por lo que aún está muy lejos de encontrarse en su mejor forma.
Algo que llamó la atención fue la asistencia de 250 atletas pertenecientes a todas las provincias, hecho que constata el trabajo que se realiza en todo el país en la búsqueda de talentos.
Lograr que el deporte se desarrolle requiere de una amplia cantera, de diferentes filtros para ir seleccionando a quienes tienen las mejores condiciones, independientemente de si cuentan o no
con los parámetros físicos preestablecidos para cada especialidad, y por supuesto, de la necesaria competencia entre los integrantes de una selección. La presión que se genera cuando se sabe que hay varios exponentes de cara a una plaza para cualquier competencia es, en la mayoría de los casos, motivo de entrega en los entrenamientos y, por supuesto, de mejora en los resultados individuales y colectivos.
En esta Copa Cuba no siempre los ganadores fueron quienes forman parte del seleccionado nacional y eso es motivo para poner los ojos en ellos, y más aún, para promoverlos, aunque sea necesario ampliar la cantidad de integrantes de esos seleccionados. No es posible aspirar a mejorar los resultados, cuando se “tiene” el puesto seguro.
El hecho de poder entrenar con personas con capacidades similares hace que cada día el deportista se esfuerce más por mejorar sus resultados, pues sabe que su compañero de equipo puede desplazarle en cualquier momento. Mientras más sean los rivales de consideración, mejor; de ahí que sea necesario se revise a quienes, sin formar parte del seleccionado nacional, se hicieron con una medalla, e incluso un título en esta competencia, e incluirlos, lo antes posible, entre los miembros de este.
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