Los Leones de la capital no creyeron en embestidas ni en maderos calientes, y domaron a los Toros camagüeyanos en el parque Latinoamericano para vencerlos 5-2, romper una racha adversa de dos partidos, y tomar la delantera en el duelo particular de esta campaña.
Raymond Figueredo, en la primera apertura de su carrera en Series Nacionales, se tiró encima su capote azul de greba y mantuvo mansos a los Toros durante seis episodios, al punto de permitirles apenas dos anotaciones con igual cantidad de indiscutibles.
El diestro capitalino, quien fuera una de los prospectos incluidos en el famoso listado que la Federación Cubana de Béisbol le entregó a la MLB antes que quedara trunco el acuerdo, comenzó descontrolado en el primer episodio y toleró una carrera, pero luego tomó un aire y demostró su calidad sobre el montículo.
A la altura del quinto capítulo la tropa de Miguel Borroto le ligó el primer indiscutible y dos entradas más tarde Yosbel Pérez remolcó otra con un elevado de sacrificio, ya con el apagafuegos Andy Vargas en la lomita.
La guerrilla de Guillermo Carmona anotó una por cañonazo impulsor de Yosvani Peñalver en el mismo primer capítulo, y otras dos en el cierre del quinto a la cuenta del abridor Pedro Luis Guzmán, una de ellas impulsada por cohete de Andrés Hernández, herido en su orgullo luego que la dirección camagüeyana boleara tres veces intencional a Yasiel Santoya para trabajarle a él.
Los dueños de casa clavaron el estoque en la nuca de los visitantes en el llamado inning de la suerte, cuando Oscar Valdés disparó un imparable remolcador para dinamitarle el box al relevista Ángel Luis Márquez, y Dayron Blanco hizo lo mismo frente a un envío de Lisander Hernández.
Como se está haciendo habitual en estas películas habaneras, Vargas se anotó el salvamento en otra demonstración monticular de altos quilates, al mantenerse en pie durante tres capítulos clavándoles seis banderillas azules a unos rivales famosos por sus terribles embestidas.
Después de este resultado los giraldillos tienen balance de 20-21 y continúan merodeando cerca de la línea roja que delimita la zona de clasificación.
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