En otro desafío peleado hasta la última entrada, los Leones de la capital lograron penetrar el cerco de los indios guantanameros, para doblegarlos 8-5, tomar venganza, y emparejar la pugna particular.
La aguerrida tropa del Cacique Agustín Lescaille defendió con honor su territorio, pero los felinos, heridos desde la jornada anterior, impusieron su clase en el ruedo hostil del Van Troi y obligaron a sus rivales a claudicar para seguir aferrados a la zona de clasificación de esta 61 Serie Nacional.
La batalla llegó igualada a tres carreras al séptimo episodio gracias a los errores al campo, el descontrol de los lanzadores, y al poder de las muñecas de ambas escuadras.
Cerrando el primer tercio del choque la tribu, al igual que en el pleito anterior, marcó primero cuando Robert Luis Delgado pegó un incogible remolcador a la banda derecha frente al abridor Marcos Ortega, quien se había tambaleado en el box una entrada antes cuando perdió la mirilla y regaló tres boletos consecutivos.
La anotación cayó sucia a su récord, producto del error 49 de la tropa azul en este torneo y fue la carrera número 33 que permiten los lanzadores capitalinos por culpa de las marfiladas al campo.
Los felinos negociaron el empate gracias a un error de la defensa rival combinado con un sencillo de Juan Carlos Torriente, y dos boletos (uno con la casa llena), que sacó del montículo al descontrolado Alexander Valiente, después de conceder cuatro bases por bolas y propinar tres pelotazos en 3.2 capítulos de labor.
El panorama se oscureció para los visitantes en el cuarto episodio, cuando el máscara Yasmani Velázquez zarandeó a Ortega al desaparecerle la pelota con uno a bordo, pero la guerrilla de Guillermo Carmona igualó otra vez el marcador por un bambinazo de Yasiel Santoya con un compañero en base, frente a un envío del relevista Raciel Bles.
La definición llegó en el llamado inning de la suerte cuando otra vez Santoya prendió fuego al campo con un tubey, y luego de un boleto intencional a Walter Pacheco, Roberto Acevedo le sonó un doblete a Orlandis Martínez que trajo a ambos para el plato
En el noveno, un doble con los ángulos congestionados del capitán Torriente que trajo a todos sus compañeros para el plato, terminó por sentenciar el partido y obligó a los aficionados que colmaban los graderíos a salir despavoridos a sus casas.
Elder Nodal logró detener a los anfitriones durante dos entradas y eso le valió para anotarse el triunfo, y se fue a la cueva dejando el rancho ardiendo con dos corredores en las almohadas sin outs en la parte baja del séptimo, pero el paño de las lágrimas azules, Andy Vargas, ponchó a tres contrarios y bajó hasta los tobillos las esperanzas orientales.
A la hora de recoger los bates, con el terreno humeante, los indios siguieron dando guerra y Pedro Pablo Revilla botó por décima ocasión la esférica por encima de los límites del estadio (líder) con un compañero en circulación, pero la sangre no llegó al río.

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Ese pitcheo de los leones no acaba de enderezar ,no sostienen las ventajas que le dan .............