Septiembre de 2001 cambió para siempre la vida del habanero Jorge Félix Álvarez Llanes. Con apenas 12 años, el muchacho del Cotorro, que en aquel momento cursaba el séptimo grado, se sumergió por completo en un mundo fascinante, al vencer las pruebas de admisión para entrar a la Academia Provincial de Tiro Capitán Raúl Podio, ubicada en San Agustín, municipio de La Lisa.
De 2002 a 2005 Jorge Félix participó en los Juegos Escolares, primero en la categoría 13-14 años, y después en la 15-16. Su trayecto por la categoría juvenil inició antes de tiempo, pues dado los resultados que tenía, en dos oportunidades la comisión nacional le autorizó a tomar en esas lides, aun siendo escolar.
Solo en dos Juegos Juveniles no pudo estar presente, y fue por razones de fuerza mayor. La primera de estas ausencias se produjo en el 2006, por estar compitiendo en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena, tras lo cual ingresó al equipo nacional de mayores, en el mes de septiembre, justo el mismo en el que había iniciado sus andares en el tiro deportivo. Su segunda ausencia a los Juegos Juveniles fue al siguiente año, por estar compitiendo en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007.
Por cierto, de esa primera incursión suya en unos Juegos Centroamericanos y del Caribe, donde solo tenía 16 años, Jorge Félix recuerda que se encontraba rodeado de personas mayores, porque el tiro deportivo “es un deporte longevo, y la maestría se alcanza a los 30, 40, hasta a los 50 años hay atletas muy buenos. Verme allí, con 16 años, un niño flaquito, entre tantos atletas que conocía por las revistas, personas de prestigio en Latinoamérica, fue inolvidable”.
Ese día, cuenta Jorge Félix, no controló la ansiedad y “por poco tengo que salir corriendo de la competencia, de lo incontrolado que estaba. Esa experiencia no la he olvidado nunca, porque de la inexperiencia, de la novatada, también se aprende, para que después no suceda lo mismo”.
En el 2018 Jorge Félix le regalaría a Cuba una muy grata sorpresa, al alcanzar, en la Copa del Mundo de Munich, Alemania, la medalla de Bronce en la pistola tiro rápido a 25 metros. Al siguiente año, llegaría la gran sorpresa, al conquistar el oro en los Juegos Panamericanos de Lima, donde su coequipero Leuris Pupo, quedó en segundo lugar.

Tokio, prueba de “fuego”
Justo en medio de la pandemia de COVID-19 se produjo el estreno olímpico de Jorge Félix, quien si bien no pudo acceder a estar entre los ocho finalistas, quedó en una posición de avanzada, al terminar en el lugar 12, entre 27 competidores. Acerca de su accionar en la tierra de los samuráis, comenta: “Una de las fortalezas que me llevo de los Juegos Olímpicos de Tokio, y de lo que he quedado contento después del análisis hecho de la competencia, es que logré controlar la forma de competir y mi manera de conducirme en la competencia, incluyendo el nerviosismo”.
“En Tokio, lo que me afectó fue la ansiedad. En el tiro rápido tienes que hacer los disparos bien, pero en un tiempo específico. La ansiedad, a veces te lleva a que la percepción del tiempo pase más rápido de lo que realmente es. Ello me llevó a acelerar un poco la cadencia de disparos y ello provoca que los disparos no sean exactamente en el centro”.
¿Qué importancia tiene para ti tener a Pupo al lado en una competencia?
- Pupo es clave. Yo diría que él es una de las piedras angulares de mi carrera deportiva, de conjunto con Meinardo Torres, mi entrenador. Una de las mayores suertes que he tenido en mi carrera deportiva ha sido estar bajo la tutela de los dos, porque, a pesar de que Pupo sea atleta y no entrenador, también enseña mucho.
“Competir al lado de Pupo, en primer lugar, es el apoyo, el conocimiento, la prueba de que sí se puede, porque él es campeón olímpico, de hecho, es doble medallista olímpico, entrenando en las mismas condiciones en que entreno yo, haciendo lo mismo que yo todos los días, y teniendo lo mismo que yo para entrenar. Si él ha logrado dos medallas olímpicas es porque haciendo lo que hacemos nosotros, se pueden obtener medallas olímpicas. Además, entrenar todos los días con un campeón olímpico, aunque tú no lo quieras, te hace estar al nivel de él”.
Al preguntarle a Jorge Félix si piensa en el futuro aplicar sus conocimientos de ingeniería Informática al deporte, o asumir funciones de entrenador, comentó: “Me gustaría ser entrenador, aunque no tengo el título, porque no estudié Cultura Física en la Universidad. Entre las metas futuras, una de ellas sería pasar esa carrera en el curso por encuentros”.
“Aplicar la ingeniería al deporte lo hago desde el momento que comencé a estudiar ingeniería. Hay elementos de la carrera que te aportan herramientas importantes para el deporte, como son resolución de problemas, razonar, identificar problemas en la vida de uno y en el deporte como tal. Ejercer la Informática, no sabría si pudiera en el futuro, porque la informática es como la Medicina, que hay que estar constantemente estudiando y actualizándose, y como el deporte me exige tanto, no estoy actualizado de lo último sobre el tema”.
¿En Tokio cumpliste con las metas que llevabas?, ¿sientes que te faltó algo?
- Cumplí muchas de las metas propuestas, sobre todo desde el punto de vista de la técnica competitiva. Lógicamente, no cumplí otras, como es la de controlar la ansiedad. El objetivo principal que teníamos previsto no lo pude cumplir, porque pensábamos tener un resultado un poco mayor, que nos permitiera entrar en la final, y entones allí pelear por medallas, lo que sí pudo hacer Pupo.
Háblanos un poco del entrenamiento diario de un tirador.
- El entrenamiento incluye una primera fase de preparación física general que permite lograr la resistencia de los músculos para que, durante el tiempo de competencia que se esté sosteniendo el arma y realizando los movimientos técnicos, no aparezca la fatiga y el arma comience a moverse más de lo debido”.
“Le sigue una preparación física especial, orientada a fortalecer los grupos musculares que se usan para ejercer los disparos. Continúa la preparación técnica, y finaliza con la etapa competitiva, última fase del entrenamiento, donde se incorpora el rendimiento, y la preparación técnico-psicológica.
Camino a Francia 2024
“En el nuevo ciclo olímpico, que comienza en enero, la meta es, lógicamente, clasificar para los Juegos de París 2024, a los Juegos Panamericanos, y a los Juegos Centroamericanos, y lograr medallas en todos.
“La meta más cercana que tenemos ahora son los Juegos Centroamericanos de El Salvador 2023, para los cuales, el clasificatoria es en el mes de marzo. Después, en el mes de octubre tenemos el mundial en Egipto, al cual pensamos asistir”, manifestó.
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