Este sábado, antes y durante el tope de confrontación que llevaron a cabo una preselección de jóvenes talentos de Industriales con el equipo Cuba sub 23 que asistirá a los I Juegos Panamericanos Junior, en Colombia, volvimos a ver en el terreno a uno de los legendarios peloteros capitalinos: Frank Camilo Morejón.

El máscara azul, retirado forzosamente después de finalizada la última campaña, en una decisión que generó mucha polémica dentro de la fanaticada de Industriales y de Cuba entera, no se quedó en casa a lamentarse y decidió abrir el cofre de los secretos que ha guardado con celo durante 17 campañas beisboleras.

Así, este icónico jugador considerado como uno de los mejores receptores defensivos que ha pasado por Series Nacionales, regresó a la arcilla del estadio Latinoamericano con la misión de preparar y enseñarles los trucos de esta compleja posición, a los convocados al equipo nacional para el evento continental de esa categoría.

Foto: Boris Luis Cabrera

No lo vi sentarse en ningún momento. Desde que sus pupilos entraron al ruedo minutos antes de comenzar al desafío, realizó un trabajo intenso e individualizado con cada uno de ellos en una esquina del terreno, con ejercicios combinados con varios aditamentos, en medio de un bombardeo de consejos y enseñanzas técnicas.

Durante el choque, cada vez que los muchachos iban al campo, se colocaba muy cerca del plato, cronómetro en mano, para tomar tiempos de reacción y tiro a las bases, mientras les mostraba con movimientos de manos y pies, la manera más efectiva para realizar esas acciones.

Foto: Boris Luis Cabrera

Un lujo para estos muchachos tener a una leyenda defensiva como esa tan cerca y dispuesto a darles las fórmulas con las que pudo triunfar en este difícil mundo de las bolas y los strikes. Pero si importante es beber de la mejor técnica, también lo es captar ese ímpetu que lo caracterizó durante sus años de servicio, el empuje, el coraje, y la capacidad de liderazgo que siempre mostró al no dejar nada para la otra jornada, al entregarse como nadie en cada partido como si fuera el último de su vida.

Por eso le damos una vez más gracias a Frank Camilo. Cuando un hombre es capaz de pasar por encima de las injusticias y entregarlo todo por este deporte, merece respeto y admiración. Nos vemos en el estadio.

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