Cuando a inicios del presente mes de julio la Federación Internacional de Natación (fina) otorgó –por concepto de universalidad– una wild card al nadador habanero Luis Vega para competir en los venideros Juegos Olímpicos de Tokio, estaba premiando el esfuerzo y la calidad de un joven tritón que ha exhibido una notable progresión en los últimos tiempos.
Él, al igual que la guantanamera Elisbet Gámez, fueron beneficiados por la iniciativa de la fina en justa elección, pues ambos están entre los mejores exponentes de la natación cubana en la actualidad.
El mariposista giraldillo viajó a Tokio recientemente desde Kazán, Rusia, donde le fue asignada una beca a principios de año en el Centro Internacional de Natación, instalación que le permitió realizar la preparación adecuada en aras de buscar un boleto clasificatorio hacia la capital nipona.
Tal propósito no lo pudo lograr en lides eliminatorias debido a que la clasificación directa exigía que los aspirantes cumplieran con la marca A, 1:56.48 minutos en 200 metros mariposa, y él no pudo detener los cronómetros en un tiempo igual o menor al requerido.
Sin embargo, durante su estadía en la ciudad rusa consiguió mejorar el récord nacional de esa prueba, al nadar los 200 metros mariposa en 1:58.58 minutos, su mejor marca hasta la fecha.
Con ese registro, el riguroso entrenamiento que recibió y el estímulo de asistir a una cita olímpica, Vega pudiera estar en condiciones de superar su propio récord, aunque para aspirar a llegar a semifinales estará obligado a nadar la distancia en dos segundos menos aproximadamente, lo cual no es una meta fácil.
Si difícil sería para él ubicarse entre los semifinalistas, mucho más complicado le resultaría llegar a la final en un evento que tendrá varios hombres con excelentes desempeños históricos, como el campeón olímpico de Londres 2012, Chad Guy Bertrand le Clos (Sudáfrica), y el recordista mundial vigente Kristóf Milák (Hungría).
Está previsto que Vega también se lance a la piscina olímpica del Centro Acuático de Tokio para concursar en los 400 combinado, aunque apenas se preparó con ese objetivo, al concentrar sus esfuerzos en los 200 mariposa, evento que, además de haberle dado la posibilidad de romper más de una vez el récord nacional, le proporcionó subir al podio en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018, donde ganó la medalla de bronce.
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