El próximo 27 de julio, cuatro días después de declararse inaugurados los Juegos Olímpicos de verano, la capitalina Marina Rodríguez se subirá a la plataforma del Foro Internacional de Tokio en la división de 64 Kg para levantar todo el peso que pueda soportar en su palanqueta, y continuar haciendo caminos en la halterofilia cubana.
La muchacha de 26 años entró en la historia de este deporte en la isla en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 cuando se convirtió en la primera mujer en obtener una medalla, al colgarse en el pecho el metal plateado en aquella cita continental.
Un año después tuvo el honor de asistir a las olimpiadas de Río de Janeiro donde concluyó octava y dejó su nombre tatuado en los registros bajo los cinco aros, al ser también la primera atleta de la Mayor de las Antillas en incursionar en esta disciplina deportiva a ese nivel.
Su historia no terminó ahí y en su currículo aparecen un quinto lugar en los juegos múltiples de Lima 2019, la medalla de bronce en el envión ganada en la Copa Mundial de Roma 2020 con su cuarto puesto en el arranque y el biatlón, y su séptimo lugar en la Copa Panamericana Online en un peso superior al de ella (71 Kg).
Marina en su adolescencia era una corredora de distancias cortas y saltadora de longitud, pero un día hace 10 años quedó enamorada para siempre del levantamiento de pesas, cuando motivada por su entrenador asistió a un evento y arrasó a sus rivales.
Ahora se ubica séptima en el ranking entre todas las participantes a la cita estival y sus sueños de mejorar el lugar de los pasados Juegos Olímpicos no parecen una quimera, aunque tendrá que igualar o superar sus marcas personales para lograrlo.
Para muchos este deporte podría parecer muy sencillo pero no solo se trata de levantar pesos y usar todos los músculos del cuerpo. Es necesario, más allá del desarrollo físico, tener un control mental que permita una concentración extrema, dominar a la perfección la técnica y tener un corazón fuerte para batallar contra los adversarios con un espíritu de combate elevado.
Esta habanera, al igual que las debutantes de apenas 22 años de edad Ludia Montero (49 kg) y Eyurkenia Duverger (+87 kg), pueden presumir de contar con esos elementos a su favor y lucharán por ubicarse entre las ocho primeras de sus divisiones, mientras cargan sobre sus hombros el orgullo y la responsabilidad de representar a las mujeres cubanas en el Olimpo deportivo.
Bendiciones a las tres y mucha Fe en lo que pueden lograr.