Orgullosa debe sentirse toda la gran fanaticada industrialista con la presencia de cuatro de sus Leones en el Juego de las Estrellas. El legendario Guillermón Moncada, escenario de tantas batallas memorables a lo largo de la historia de nuestras Series Nacionales, fue salpicado una vez más de la huella azul de los capitalinos, en un ambiente mágico donde la estirpe felina y el legado de antiguas aplanadoras santiagueras se fundieron durante horas en un solo bando.
Fuerza, versatilidad, potencia y consistencia, fueron las herramientas que aportó la tropa de Guillermo Carmona a este espectáculo, accidentado en su inicio por las inclemencias del tiempo y por las ausencias de algunas glorias deportivas de ese heroico territorio en las tribunas y sobre la banca de primera base.
Lisbán Correa, líder jonronero del campeonato, no pudo imponer su clase en el Derby de los cuadrangulares pero en el desafío de Estrellas, inscribió su nombre en los libros de récords al sacudir un estacazo de vuelta completa en el mismo primer capítulo con los ángulos desbordados, primero que se conecta con esas características en la historia de este tipo de competiciones.
Jorge Enrique Alomá formó parte de la triada que se alzó con el premio a la combinación más rápida de doble matanza junto al mismo Correa y el experimentado Tigre Yorbis Borroto, al parar los relojes en un 1.95 segundos, muy cerca del récord de 1.95 impuesto por la combinación de Luis Ulacia, Sergio Quesada y Leonel Moa, hace varias temporadas atrás.
La potencia y la juventud la aportó Andy Rodriguez, el único integrante capitalino del equipo de las Estrellas del Futuro, flamantes ganadores con pizarra de 8-6 frente a los experimentados mayores de 25 años.
El “Cañón de Guanabacoa” se apuntó el salvamento del choque y aunque toleró un doblete y regaló un ticket gratis para la primera base, sacó los últimos cuatro outs para asegurar la victoria de los bisoños.
Por último, el diestro de 32 años y natural de Arroyo Naranjo José Pablo Cuesta, elegido a última hora por el voto de la prensa especializada, también cerró el partido pero desde la trinchera opuesta, y aunque permitió un par de sencillos, dominó a los últimos dos rivales para estampar su presencia en el espectáculo.
Retirada la bandera blanca de la arcilla de los estadios, este fin de semana se reanudan los combates y la rivalidad regresa a apoderarse de los cuerpos de los jugadores. Tendremos un avispero oriental en el Coloso del Cerro y la temporada número 60 comienza a entrar en mundos peligrosos y emocionantes.
Gracias a los santiagueros por la acogida, el respeto, y la admiración que les mostraron a los nuestros por aquellas latitudes. Nos vemos en el estadio.
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Gracias periodista por hacer alusión a algo que ni otros perodistas y comentaristas deportivos no se atrevieron.