La nave azul de los Leones capitalinos, aun en medio de mares tormentosos, continúa su viaje a la paradisiaca tierra de la clasificación. Esta semana sortearon dos grandes “icebergs”: Leñadores de las Tunas y Toros de Camagüey, dos de los equipos que más fuerte rivalidad tienen hoy mismo con ellos por diferentes factores de los que no hablaremos en este comentario.
Dividir honores con los guerreros orientales y vencer en dos ocasiones a los desbocados Toros de la llanura (escuadra que llegó al Latinoamericano como la más ofensiva del campeonato), es un gran resultado.
Un total de 36 carreras anotaron las huestes de Guillermo Carmona en esos choques y permitieron 33 y es que esa es la tónica de este equipo: tratar de hacer parches con la ofensiva en los múltiples huecos que va haciendo el picheo a lo largo de este viaje tan emocionante como peligroso.
Después de los primeros 35 desafíos jugados (casi la mitad de la etapa regular), se han anotado 215 carreras (6.14 por juego) y se han recibido 189 (5.40 por partido), 20 de ellas a causa de los errores al campo, aunque se ha visto una mejoría notable en ese departamento al promediar ahora para 974, casi la media de la liga.
La triada de José Elósegui, Lázaro Valle, y Javier Gálvez (coach de banca) ha tratado de hacer milagros con la materia prima que tienen en el bull-pen y han logrado algunos avances.
Después de las dos subseries de esta semana, algunos aficionados se sorprenderán al saber que el cuerpo de picheo de Industriales es el primero en ponches propinados (198) y el tercero que menos le batean (.287 Ave.). Sin embargo, es el control lo que los ha afectado en demasía al regalar 137 boletos (lugar 11 entre todos los equipos contendientes)
A pesar de eso han bajado hasta el puesto siete en efectividad (5.24 PCL) y hasta el quinto en WHIP (1.61), números aun en rojo pero no tan altos si se compara con los demás adversarios.
Mientras esto sucede y se continúa llevando a rastras el lastre de los lesionados, no hay otra opción que seguir poniéndole música a los maderos y elevar el volumen lo más alto posible hasta que le rompan el tímpano a sus rivales.
La artillería está engrasada. Un promedio colectivo de bateo de .312 (terceros) y una producción de cuadrangulares de 34 (segundos), comandada por su hombre fuerte Lisbán Correa (líder de la temporada con 15), parece suficiente para resistir ataques hasta que se incorpore la caballería, diezmada por estos días. Apoyemos a los nuestros. Esto empieza ahora.
Por que no hacen un reportaje sobre los lesionados?