La buena noticia de que la bicampeona paralímpica habanera, Dalidaivis Rodríguez, se incluye entre las judocas —convencionales y paralímpicas— que se incorporaron a una base de preparación en la provincia de Cienfuegos llena de satisfacción a los seguidores del judo en toda Cuba y, de manera muy especial, en la capital.

Al igual que el resto de las preseleccionadas, la monarca paralímpica de Londres 2012 y de Río de Janeiro 2016 busca alcanzar en tierra cienfueguera la forma física óptima que le permita incursionar con éxito en eventos clasificatorios hacia la cita bajo los cinco aros de Tokio 2020, ahora programada para 2021.

Vale destacar que, en el caso de las atletas con discapacidad, aún no hay fechas ni sedes definidas para los torneos preliminares, en los cuales se repartirán boletos entre las aspirantes que se hagan merecedoras de realizar el singular sueño de debutar, o competir una vez más, en los Juegos Paralímpicos.

Dalidaivis, como todas las convocadas a la preselección, se mantuvo bien activa en su casa durante la larga fase de aislamiento impuesta por la pandemia de COVID-19. No obstante, el actual período de entrenamiento —con absoluto respeto hacia las medidas higiénico-sanitarias orientadas por las autoridades de Salud Pública— es imprescindible en aras de cumplir con los objetivos propuestos por los preparadores, quienes evaluarán indicadores físicos para mejorarlos significativamente, acorde a las exigencias de los cruciales certámenes venideros.

La judoca capitalina, que compite en la categoría de débiles visuales, suele salir como favorita en la mayoría de las lides donde participa, y es bastante habitual que las expectativas de especialistas y aficionados queden bien retribuidas cuando la consideran posible ganadora.

Además de sus dos coronas en Juegos Paralímpicos, entre otros loables resultados la giraldilla también venció y convenció en los Juegos Parapanamericanos de Guadalajara 2011 y de Toronto 2015. En Lima 2019 no participó, pues ese año aceptó el delicioso reto de ser madre.

La incorporación de la multicampeona nacida en la mayor urbe de Cuba a una etapa preparatoria más intensa, sin dudas es motivo de regocijo para quienes disfrutan de su accionar sobre el tatami, a la vez que constituye un aviso inquietante para sus rivales, en la división de los 63 kilogramos.

De momento, vale la pena estar al tanto de todo el proceso que pudiera llevarla, por tercera ocasión consecutiva, a lo más alto del podio de premiaciones. Dalidaivis vuelve a desandar el largo camino hacia la cima que todo atleta desea conquistar. Tokio la espera, y probablemente lo hace para rendirse ante ella, como lo hicieron Londres y Río de Janeiro.