Los amantes de los deportes han visto cómo las actividades físicas han estado limitadas ante la aparición de la pandemia de la COVID-19. Muchas de las principales competiciones pactadas para el presente año se han tenido que posponer, o suspender, siendo los Juegos Olímpicos el mayor de los eventos postegados; sin embargo, otras se han podido realizar mediante la aplicación de estrictas medidas, o la realización de los eventos de forma online.
Ejemplos de la participación mediante las redes sociales hay muchos, y van desde torneos de ajedrez hasta competencias de artes marciales, salto con pértiga, e incluso maratones. Y precisamente en las competencias de largo aliento a distancia, Marabana ha logrado insertarse con acierto, al punto que en la edición de la carrera Diez de Octubre, la cifra de participantes superó los 5000, según información ofrecida por Carlos Gattorno, director del Proyecto Marbana-Maracuba.
La inscripción y publicación de los resultados en esa competencia, se realizaron de forma virtual mediante la página andarines cubanos, método que con anterioridad había sido puesto en práctica en la Carrera por el 60 aniversario de los CDR. Y como si ello fuese poco, la edición 34 de Marabana de este año, se ha decidido realizarla también de forma virtual, utilizando la página de andarines cubanos tanto para la inscripción como para la publicación de los resultados individuales de cada corredor. Si bien, no es el método ideal, pues a todo deportistas, aficionado o de élite, le gusta el roce directo con otros correcaminos, lo cierto es que resulta una variante valedera para mantener en alto el espíritu competitivo de las amantes de participar en carreras de largo aliento.
A lo anterior se le debe de agregar el hecho de que, en días recientes, el Proyecto Marbana-Maracuba recibió, nuevamente, el certificado de membrecía que otorga la Asociación Mundial de Maratones Internacionales y Carreras a Distancia (AIMS, por sus siglas en inglés), y ello a pesar de saberse que este año la carrera va a realizarse de forma virtual.
Lo antes expuesto habla a favor de la seriedad del trabajo de los organizadores de Marabana, así como del resto de los voluntarios que colaboran de forma intensa para que cada competencia del proyecto cuente con las condiciones requeridas, tanto para su realización, como para la seguridad de los corredores y caminantes que en ellas toman lugar.
Aun cuando quedan detalles por pulir, pues ninguna obra humana es perfecta, lo cierto es que Marabana ha logrado, año tras año, consolidar su quehacer, perfeccionar su trabajo, y al mismo tiempo, aumentar su poder de convocatoria. El 22 de noviembre ya está cerca, y ese día, cuando por primera vez en su historia, Marabana se haga de forma virtual, estoy convencido, que en todas las provincias el país, se podrán ver corredores de diversas edades desafiando el cansancio para, con cada paso que den, llenarse de vida.