Cuando las Avispas de Santiago de Cuba, parapetadas en su estadio Guillermón Moncada, dejaron tendidos en el terreno de juego el pasado jueves a los Leones capitalinos e inclinaron a su favor el llamado clásico de la pelota cubana, la fanaticada industrialista se alarmó y buena parte de ella arrojó su frustración en las redes sociales y por los rincones de sus hogares.

Después de una despiadada y cruel ofensiva contra los Indios guantanameros al inicio de la temporada y en el primer duelo con los indómitos donde los sacaron fuera de combate, los bates se durmieron y los pequeños detalles de un partido de béisbol inclinaron la balanza hacia los orientales, provocando inconformidades y críticas de toda clase de parte de los aficionados más radicales.

No es mi interés analizar estrategias ni escarbar en busca de comentarios oportunistas que justifiquen ni ataquen a la dirección del equipo por dos derrotas tempraneras contra un rival que tiene armas suficientes para vencerlos en el ruedo y que a lo largo de la historia ha sabido sacar su garra imbatible cuando aparecen los colores azules en los predios de su mítico estadio.

La temporada apenas comienza y me parece que lo más prudente es analizar algunos aspectos grupales que pueden dar luces o proyectar sombras en el futuro inmediato y que siempre agradecen los seguidores de este gran equipo para armarse de mejores argumentos a la hora de valorar o exponer sus criterios en público.

Lo primero de todo es alabar la buena cara que mostró el staff de picheo en este comienzo. Una muy buena noticia fue ver a los cinco abridores lanzar para un promedio de limpias de 2,39 (primeros entre todos los demás) en medio de un barraje ofensivo que domina este comienzo de campaña. En general, el cuerpo de serpentineros azul lanzó en esos primeros partidos para 3,59 pcl (segundos) y fueron los primeros entre todos los demás equipos en ave de contrarios (228), whip (1,29) y ponches propinados (31), además de ser los terceros que menos bases por bolas regalaron con solo 18.

Si a esto le sumamos su poderoso bateo: segundos en jonrones conectados (10) y extrabases (24) y terceros en promedio ofensivo (348) y carreras producidas (47), las cosas no parecen ir demasiado mal.

Sin embargo, hay dos acápites donde los números están en rojo y que hay que mejorar cuanto antes para poder obtener victorias.

Industriales, a pesar de ese bateo que tan vigoroso se ve en las estadísticas, solo pudo remolcar a 29 de los 103 corredores que encontró en posición anotadora (28,15 %), dejando a 74 corredores fríos en las almohadillas (más que ningún otro equipo).

Lo otro, su pésima defensa. Una tarea pendiente de las selecciones capitalinas en los últimos tiempos. En esos primeros cinco partidos cometieron ocho errores en 186 lances, para un average mediocre de 957, y así es imposible alcanzar metas y objetivos.

La temporada está aún en “pañales”, el equipo necesita apoyo y críticas saludables. En estos tiempos que corren los aficionados en las redes sociales son un jugador más. Que a nadie le quepa duda.