Saber que Fidel estaba cerca, hacía que la sangre bombeara con fuerza. Desde el momento mismo en que el líder de la Revolución cubana llegaba a cualquier lugar, todas las miradas corrían a posarse sobre él, no importaba si se trataba de una cumbre de jefes de estados, o de un certamen deportivo.
Amante de los deportes, Fidel incursionó en varias disciplinas, entre las que se encuentra el ajedrez, actividad donde llegó a enfrentar a varios contendientes internacionales, e incluso, a formar equipo con estudiantes de primaria. Muchos de esos momentos quedaron registrados en el libro Fidel y el Ajedrez, de Jesús G. Bayolo, periodista deportivo e historiador del juego-ciencia.
En el 94 cumpleaños del líder de la Revolución cubana, acercamos a los lectores de Tribuna de La Habana, de forma muy sintética, a algunos de los momentos atrapados en el libro de Bayolo. Fueron instantes vividos con pasión por Fidel, quien pese a las múltiples responsabilidades que tenía, logró por breve tiempo, sumergirse en el blanqui-negro mundo de las 64 casillas.
La XVII Olimpiada Mundial de Ajedrez quedó oficialmente inaugurada en La Habana el 25 de octubre de 1966. Ese día, al regreso al Hotel habana Libre, reseña Bayolo “la mayoría de los ajedrecistas pasan por el Salón de los Embajadores, escenario de la lucha escaqueada a partir del día siguiente. Para sorpresa de los presentes, llega Fidel Castro Ruz, quien preside el Comité de Honor del magno evento. Departe animadamente con muchos y de pronto coincide frente a él uno de los integrantes del equipo de México, Filiberto Terrazas”.
Allí entablan una partida donde Fidel conduciría las piezas blancas, y que pronto se convirtió en algo más que un simple desafió al intervenir, por el lado de Fidel, nada más y nada menos que Tigran Petrosian, campeón del mundo. Mientras tanto, su rival buscó asesoría en Bobby Fische, otro jerarca del juego ciencia.
De esa forma la “la partida se transforma en una partida de consulta: FIDEL CASTRO - TIGRAN PETROSIAN, conducen las piezas blancas y FILIBERTO TERRAZAS - ROBERT FISCHER, las piezas negras”.

Explica Filiberto Terrazas que: “Nuestros contrincantes adquieren un peón pasado en el flanco Rey, lo conducen hasta que decidimos rendirnos Fischer y yo. No bien nos habíamos estrechado las manos, cuando Fidel rápidamente coloca de nuevos las piezas y me dice: -Ahora vamos a jugar tú y yo solos”. Si quieren saber el desarrollo de esa partida y su resultado, me los guardo, de forma que si los lectores quieren descubrirlo, deberán leer el libro de Bayolo.
En otro momento de su libro, Bayolo narra cómo el sábado 19 de noviembre de 1966 “se jugó la última ronda en la XVII Olimpíada Mundial de Ajedrez en el Salón de los Embajadores del Hotel Habana Libre, y a las nueve de la noche comenzó en la Plaza de la Revolución la mayor sesión de partidas simultáneas en la historia de la humanidad hasta ese momento”.
“Fischer, Spasski, Tal, Korchnoi, Najdorf, Portisch... los mejores del mundo con su campeón Petrosian a la cabeza, así como maestros y expertos cubanos hasta el número 371 rivalizaron contra 6 840 oponentes”. Cuando la gran mayoría de las partidas ya había concluido, sobre las 11:00 de la noche, comenzó a llover. Algunos desistieron, pero otros, pese a estar chorreando agua, decidieron seguir hasta el final de sus partidas. Entre los que decidieron seguir pese al temporal, estaba el armenio “Tigran Petrosian, primer tablero del equipo de la Unión Soviética, que retuvo la copa Hamilton Rusell. Le correspondió el honor de desempeñarse en la mesa presidencial y tuvo tablero por medio, entre otros, al líder de la Revolución Cubana”.
“Ya habían jugado juntos contra Fischer-Terrazas, el día inaugural. Ahora eran contendientes, pero no solo jugaban, también intercambiaban palabras, y Petrosian terminó por buscar una silla y sentarse frente a Fidel. Para ser testigo del histórico momento, a poco se le unió con similar acción otro amigo de Cuba –especialmente del Che-, el argentino Miguel Najdorf. ¿Cuál fue el resultado de la partida? Petrosian tuvo la cortesía de ofrecer tablas, y Fidel la cortesía de no rechazarlas”.

Otros muchos fueron los momentos en que Fidel se enfrentó, tablero de por medio, a disímiles jugadores, y el compromiso del líder cubano con el juego ciencia. Compromiso que le llevó a fomentar el desarrollo de este apasionante deporte en Cuba. Uno de esos instantes fue la simultánea de 11 320 tableros celebrada en La Habana, el sábado 7 diciembre de 2002. En ese momento, Fidel se enfrentó, tablero de por medio, al Gran Maestro (GM) cubano Silvino García.
Pero en esta oportunidad, el líder de la Revolución fue asesorado en su encuentro frente al GM cubano, entre otros, por uno de los 100 niños talentos presentes en la simultánea. Se trató del campeón nacional en la categoría 11-12 años, Heriberto Díaz. Ejemplo de que para Fidel, el futuro del país está en las nuevas generaciones y de la importancia que siempre le dio a la práctica de deportes.
Ello, sumado al hecho de que el 13 de agosto de 1926, coincidiendo con la fecha del natalicio de Fidel, naciera el Comité Olímpico Cubano, son elementos más que sobrados para celebrar, por todo lo alto, el 94 cumpleaños de Fidel. Elementos que llevaron a que hoy 13 de agosto, en las barriadas de la Mayor de las Antillas, los amantes del deporte, celebren la Carrera Virtual Ideal Olímpico en saludo a Fidel y a la creación del Comité olímpico Cubano.