Sin defensa no hay campeonato

Muchas leyendas se tejieron a través del tiempo detrás de jugadas espectaculares o situaciones de juego donde efectivas estrategias defensivas han dejado pasmados a los aficionados que acuden con regularidad a los estadios de béisbol. Las diferentes versiones de Industriales, resulta un sello más allá de poderosas tandas ofensivas o famosos cuerpos de lanzadores que han podido tener, en un momento dado. Su comportamiento en el campo, el arte en que han convertido esa acción de atrapar pelotas los distingue por encima de sus rivales en la mayoría de los campeonatos efectuados en nuestro país.

Sin embargo, en las últimas temporadas los azules mostraron un franco retroceso defensivo y han sido superados por varios de sus adversarios, al punto de andar coqueteando en ese acápite con los últimos puestos. El ingenio, la creatividad y las manos prodigiosas que mostraron sus antepasados beisboleros, se esfumó del campo de juego y ha sido sustituido por los guantes erráticos y la incertidumbre sobre la grama.

En la pasada campaña cometieron un total de 93 errores en 3 345 lances para un pobre average de fildeo de 972, penúltimos entre todos los equipos que pasaron a la segunda etapa del campeonato. Más de la mitad de ellos (54) se cometieron en tercera base o alrededor de la segunda almohadilla (torpedero y camarero) y gracias a estas marfiladas los equipos contrarios pudieron anotar un total de 67 carreras, muchas de ellas para definir algunos partidos. Como si eso fuera poco, la defensa apenas pudo fabricar 90 jugadas de doble matanza, quedando a la saga en ese aspecto con relación a los otros cinco equipos clasificados para la segunda vuelta.

Con estos truenos sonando en los oídos de técnicos y aficionados a menos de dos meses del inicio de la contienda, sabemos que hay bastante tarea que hacer a partir del primero de agosto, cuando el equipo salga al ruedo otra vez para comenzar sus entrenamientos previos pactados a seis semanas.

Es cierto que son otros tiempos y que quizás ahora mismo la capital, atacada con fuerza por la emigración de muchos de sus talentos, no esté en un buen momento para volver a recobrar aquellos bríos defensivos de antaño, pero nunca podemos olvidar que estamos hablando del equipo de la magia y la estirpe que representa a más de dos millones de cubanos.

Guillermo Carmona, el nuevo director de la escuadra, y su grupo de entrenadores, tienen trabajo que hacer porque saben que sin defensa no hay campeonato. La misión de nosotros es apoyar y confiar. Nos vemos en el estadio.