Hace poco más de tres meses atrás anunciábamos en estas páginas la contratación del taponero Andy Rodríguez por el equipo Piratas de Campeche de la Liga Profesional Mexicana. Un premio sin dudas para el jugador más valioso de los Industriales en la pasada campaña, quien participó casi en la mitad de las victorias del equipo con sus ocho éxitos y 17 salvamentos.

Por otra parte, el Comisionado Provincial Arlys Zamora, en una reunión efectuada por esos días en la Dirección Provincial de Deportes, anunciaba también a la prensa la posibilidad de contratación de otros puntales del conjunto azul y se barajaban los nombres de Bryan Chi, Alberto Calderón, Yosvani Peñalver y Yandi Molina.

Unido a esto, el lanzador Vladimir Baños anunciaba el regreso a su Pinar del Río natal, el también serpentinero Marcos Ortega abandonaba legalmente el país y el mayor toletero de la escuadra, Yordanis Samón, cambiaba la casaca de las letras góticas por la de los Toros camagüeyanos.

Foto: Boris Luis Cabrera Acosta

Así las cosas, los directivos de este deporte en la provincia le entregaban las riendas del equipo a Guillermo Carmona tras la renuncia del “Rey” Anglada, en lo que a todas luces parecía una bomba de tiempo que le estallaría en las manos en cualquier momento de la campaña.

Sin embargo, la noticia esta semana de la suspensión de la temporada profesional de la Liga Mexicana y el aplazamiento hasta finales del 2021 del Campeonato Mundial Sub 23, todo esto generado por la pandemia de la COVID-19, ha levantado de súbito las esperanzas capitalinas para esta contienda número 60 al poder contar ahora con todas sus piezas para la gran batalla que se avecina.

A esto hay que sumarle la incorporación de su cuarto madero “Billy” Correa (ya libre de sanciones), y la posible entrada de su camarero estelar Juan Carlos Torriente, inmerso en la etapa final de recuperación después de su grave accidente.

Cierto es que lamentamos que Andy Rodríguez u otros de sus compañeros de equipo tengan que esperar otra temporada para ir a probarse en tierras foráneas en una liga profesional con todos los beneficios que eso les trae para su carrera deportiva, pero incluso la más triste de las historias siempre tiene al menos un punto positivo.

Muchos aficionados pensaron ver salir al terreno de juego a un Industriales desangrado, lleno de ausencias y con pocas herramientas para buscar su anhelado campeonato a pesar de su coraje histórico, sin embargo, todo ha cambiado en unas horas.

Ahora Carmona tiene un equipo contendiente en sus manos y comenzará a trazarse estrategias más certeras y a tejerse sueños mucho más acordes a la realidad que lo circunda. Solo queda esperar. Nos vemos en el estadio.