Donde más le gusta estar a Soila Valdés Castillo es dentro del agua; eso lo descubrió desde muy pequeña cuando se inició en la escuela de natación Cesáreo Fernández, en el municipio de Playa. Hoy completa el equipo nacional de nado sincronizado, compuesto por ocho muchachas con un promedio de edad sobre los 16 años.

Hoy su vida y rutinas han cambiado. La COVID-19 impuso distancia entre ella y la piscina sin embrago, aun desde casa no cesa su entrenamiento y busca junto a su familia, alternativas para mantener su condición física.

Ella es una de las tantas atletas y trabajadores del Deporte que aprovechan este “descanso” impuesto por la COVID-19 para continuar entrenando, mientras otros se vinculan a labores de apoyo, mantenimiento y reparaciones en centros de iniciación y combinados deportivos, en la atención al adulto mayor, o en otras misiones encomendadas por el gobierno en cada circunscripción.

Mantener la disciplina, cumplir con el aislamiento social así como con las medidas higiénicas sanitarias, con el objetivo de eliminar la transmisión de la pandemia, son de esas cosas que abren paso a las más disímiles iniciativas, como la que el padre de Soila, Efraín, quien con cemento y un tubo desechable creó un aditamento para ejercitar la fuerza.

Foto: Cortesía de la entrevistada

De esa manera y bajo la tutela a distancia de sus entrenadoras Kenia y Jani, esta sirena habanera se mantiene realizando, en la terraza de su hogar, ejercicios de flexibilidad, corre, practica su resistencia en el lugar, hace saltos con suiza, abdominales, planchas…

Su disciplina y entrega al deporte le han hecho obtener, durante su trayectoria, muy buenos resultados. En categorías escolares ganó dos plata por equipos y alcanzó similar resultado en categoría juvenil; plata en dueto y oro por equipos, participó en el Campeonato Centroamericano y del Caribe de Aficionados a la Natación en Trinidad y Tobago, donde obtuvo oro en dueto y bronce en la modalidad figura y también asistió a los Juegos Centroamericanos de Barranquilla, Colombia y a los Panamericanos de Lima, Perú.

A Tribuna de La Habana, comentó sentirse muy agradecida de sus entrenadores, vecinos y familiares, quienes la han apoyado siempre para “lograr mi empeño; amo mucho mi deporte y mi objetivo es llegar a la meta más alta, aunque en estos tiempos de COVID-19 es muy importante la unidad, la solidaridad”.

Más adelante agregó: “La preparación física diaria es nuestra mayor satisfacción, cumplir con las medidas higiénicas señaladas por el Estado porque la única medalla es la salud de todo nuestro pueblo”. Esperemos que pronto, la piscina olímpica Baraguá, ubicada en el municipio de La Habana del Este, reabrirá sus puertas para recibir con alegría a las jóvenes sirenitas del equipo nacional cubano.