A sus 52 años, Carlos E. Albona exhibe una barba salpicada de canas y un espíritu guerrero que le ha permitido vencer, en varias oportunidades, desafíos que para muchos parecieran, cuando menos, “divinas locuras”, al enrolarse en diversas competencias de largo aliento.
Lo interesante es la preparación que realiza para estos eventos, la cual está basada en una filosofía muy particular, la Wasabanga, lo que viene a ser algo así como la versión caribeña de Hakuna Matata, o sea, entrenar sin presión, pero en serio.
Tras verle cruzar la línea de meta de la VI edición del Triatlón de La Habana, donde tomó parte en la Media Distancia, conversamos durante breves minutos con él. Al preguntarle de dónde le viene su pasión por las carreras de largo aliento, y por el triatlón explicó: “Es lo que me queda de ser militar, del espíritu adquirido de cumplir las misiones encomendadas, de lograr lo imposible, aunque las condiciones sean adversas. Mientras más adversas, más fuerzas, más decisión para terminar. Esa es la idea. Ahora esas experiencias las vivimos en los deportes, principalmente los más duros”.
-¿A qué se dedica Albona en estos momentos?
-Ahora soy taxista, un trabajo muy sedentario.
-Sin embargo, pese a ese trabajo, te mantienes muy activo. Ahora mismo tienes prácticamente a toda la familia compitiendo, ¿Cómo lo has logrado?
-No te lo puedo decir -suelta una carcajada y agrega-, bajo presión, digamos.
-¿Qué distancia corrieron los muchachos esta vez?
-La sprint. Eso es suficiente para no contar con una base de entrenamiento. Se trata de una distancia donde dan dos horas, y ese tiempo es más que suficiente como para terminar sin hacer grandes esfuerzos.
-¿Qué te resulta lo más incómodo en el Triatlón?
-Las tres disciplinas. Todas son malas para mí, antes corría mejor, ahora estoy tratando de recuperar la carrera. Como las tres disciplinas son tan difíciles para mí, me esfuerzo mucho más.
“No tengo un calendario de entrenamiento riguroso, simplemente salgo y escucho mi cuerpo, y hago lo que me pide, la distancia que quiera, que sienta pueda hacer, y me es más que suficiente. Este año he hecho un experimento a ver cuál es el mínimo de entrenamiento posible para lograr un rendimiento aceptable, lo que para mí significa terminar fresco, y dentro de las seis-siete horas para la media distancia. Esa es la idea.
“He descubierto que tal vez deba de bajar un poquitico de peso.
“No como el año pasado que corrí muy bien y cogí el primero en la categoría. El año antepasado terminé tercero en la categoría y el segundo año de esta edición bajé 78 kilos, pero ese año estuvo duro y terminé en cuarto. Para esta edición me enteré había un australiano y un americano durísimos, y me reafirmé en mi condición de participar para terminar, que ya de por sí, es un logro importante”.
-Hoy los atletas se han quejado fundamentalmente de las condiciones del tiempo.
-Eso es parte del juego, las condiciones del tiempo son para todo el mundo, no para alguien en particular. Las personas se levantan temprano a entrenar y pierden el concepto de aclimatación. En este tipo de competencias puedes esperar viento, calor desesperante, hasta que se agote el agua, que puede ocurrir, y un sinnúmero de condiciones adversas.
“El entrenamiento es una recreación de lo que puede suceder en la carrera. Estar entrenado es encontrarse sicológicamente preparadosy físicamente dispuesto para completar el trayecto por muy adversas que sean las condiciones. Mientras más adverso, más grandioso. Algo fácil lo hace cualquiera, lo difícil es lo encomiable.
“Lamentablemente aquí no hay locutor para nosotros, que siga animando hasta los últimos lugares que intervienen en la competencia. He hecho carreras internacionales, y siempre hay uno en esa función, esa es la única y principal crítica que tengo. Hay que tener un locutor para todos los participantes, porque la élite es la élite. Ellos viven, mueren, sudan por eso, nosotros no, nosotros trabajamos, tenemos que mantener una familia, que esforzarnos en varias cosas, no solamente es el entrenamiento. Por eso, si hay alguien a quien se le debe reconocer el esfuerzo que hace, es a los grupos de edades, que llegan a alcanzar, teniendo en cuenta el desfasaje existente con el entrenamiento de los élites, un rendimiento extraordinario. Ese reconocimiento en la meta, es lo que hace que más gente se sume”.
-Imagino, en el caso del triatlón, lo más difícil no es tanto el entrenamiento como lograr contar con el equipamiento necesario.
-Tengo un amigo, que no es cubano, que me dijo he escogido el deporte más caro del mundo. Y es verdad, es muy caro, pero con mínimas cosas se puede hacer. Todo depende de las metas que quieras conseguir, si quieres creer que vas a ser élite, que te va a firmar un equipo profesional, y dependiendo de tus posibilidades económicas, puedes gastarte el dinero. Conozco gente que tiene las últimas zapatillas, la última bicicleta, y sin embargo no participan en todas las actividades, no se esfuerzan en todas las competencias. Es más bien una cuestión de ostentación que de amor al deporte.
-¿De aquí, para los 21K de Varadero?
-Claro. A mí siempre que me esperen, voy a hacer la distancia más difícil y más larga. Algún día correré 42, a ver si puedo hacer un Ironman. Aquí por falta de quórum solo se hizo en la primera edición del evento. Entiendo que la larga distancia es mucho más difícil, lleva mucho más tiempo en un circuito cerrado. Pero con esta es suficiente.
“Ahora lo necesario es darle más divulgación. En el noticiero, apenas tocaron con pinzas la competencia. Un evento Iberoamericano, élite de Copa América, apenas se toca el último día, ¿dónde está la masividad, el marketing del torneo, cómo vamos a hacerlo crecer si nadie lo conoce?
Tras despedirme de Albona busco sus resultados, y pese a su estilo poco ortodoxo de entrenamiento a lo Wasabanga descubro que terminó la prueba en 5 horas, 39 minutos y 34 segundos, bien por debajo de las 6-7 horas pensadas. Además, aunque quedó en el último lugar de su categoría, entró en el puesto 66 entre los 73 concursantes que concluyeron la prueba, la cual contó con 75 participantes en la línea de salida.