Fundado en 1919, el Club Villarino de La Habana, ubicado en el municipio de Playa, cumple cien años este 21 de diciembre. Fue constituido por un grupo de emigrados españoles provenientes del pueblo de igual nombre para la preservación de sus raíces culturales y se mantiene en óptimas condiciones con un adecuado estado constructivo, equipamiento apropiado para el disfrute de sus integrantes y de la comunidad.

Es este el espacio que ampara desde hace cinco años al Proyecto Comunitario Club Villarino, dirigido por el profesor Antonio Valdivia Guerra, Primer Duan Internacional de Qigong de salud, quien transmite a sus discípulos ejercicios de Taichí, promoviendo con su experiencia el bienestar de la población.

Con una matrícula actual de 90 participantes entre 40 y 90 años de edad, el proyecto fue fundado a partir de la necesidad de aliviar ciertas dolencias en los miembros de la comunidad y descendientes de españoles, a los cuales mejora la autoestima con una terapia natural, que incluye ejercicios cardiovasculares, corrige posturas, controla la respiración, la presión arterial y mucho más. “Agradezco al presidente de la escuela Roberto Vargas y su directiva, impulsores del Taichí en todo el país, al Club Villarino, al Inder y a las organizaciones por todo el apoyo que nos brindan”, declaró Valdivia Guerra.

María Zabala Chacón, vecina de la localidad, de 90 años, señaló: “Me incorporé hace un año, ha sido una experiencia inolvidable porque mejoré mi salud. Me sentía con mucho cansancio y los ejercicios han sido muy buenos (…), es un gran estímulo para el organismo humano”. Otro ejemplo es el de Delia Martínez, de 75 años. Fundadora del proyecto, encontró en esta práctica “una mejora, no solo física, sino también espiritual, y se la recomiendo a todos, sin distinción de sexo o edad”.