Para los cubanos, las últimas actuaciones de la selección nacional de beisbol en los certámenes internacionales en que se ha tomado parte en los últimos años, deja mucho que desear. Para nadie es un secreto que con el arribo de los peloteros profesionales a esos eventos, se incrementó el nivel de los mismos.

Mas, ello no justifica los bochornosos descalabros sufridos en los últimos años, donde incluso, llegó a perderse un juego que se ganaba por ocho carreras de ventaja, cuando bastaba con un solitario out, para llevarse la victoria. Sin dudas, algo no está funcionando bien. Urge, entonces, buscar soluciones para revertir el bache en que se ha caído.

Con tal propósito, el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder) abrió una consulta popular para que cada persona pueda dar sus opiniones acerca de cómo mejorar la calidad del deporte nacional cubano. Para ello, los interesados deben de escribir al correo consultabeisbol@inder.gob.cu y expresar qué medidas cree deben de tomarse.

En lo particular, soy de esas personas que siguen de lejos los resultados de la pelota, no por falta de interés, sino porque no soporto sentarme frente al televisor, o ir al estadio, para ver un juego que deja mucho que desear. Pero ello no quiere decir carezca de opiniones sobre qué se debe de hacer, y por lo tanto, expondré públicamente lo que considero.

En mi criterio, lo primero que se debe de hacer, es analizar a fondo el calendario de los eventos internacionales que se programan cada año para no tener que interrumpir constantemente la Serie Nacional. Lo otro es crear una primera y una segunda categoría, o divisiones, tal como existe en las Grandes Ligas, de forma tal que al campeonato nacional solo accedan ocho de los 16 equipos conque en la actualidad cuenta el certamen cubano.

Claro, que ello de por sí solo no resolvería nada, si no existe una real diferencia, tanto en calidad, como en las condiciones de vida, traslado y entrenamiento entre una división y otra, así como en el estímulo monetario que puedan recibir los jugadores de una y otra división.

A ello se debe sumar que los equipos Cuba a las diferentes competencias se confeccionen a partir de los resultados de los jugadores que intervienen en la primera división. En cuanto al torneo de clubes campeones, soy de la opinión que vaya el EQUIPO que ganó en la serie, y no una simple muestra de él, como está ocurriendo en la actualidad. Par mí, los únicos cambios a realizarse serían la sumatoria de los novatos que intervinieron en ese conjunto en esa serie y la anterior.

O sea, si en la temporada la novena presentó un solo novato, y en la anterior ninguno, o solo dos, entonces le toca cambiar un jugador, o tres, según sea el caso. Aunque, no tiene que ser el novato, o los novatos en cuestión, si ellos rindieron, que vayan. Las otras posibles sustituciones serían por enfermedad o indisciplina. De esa forma, los jugadores sabrían que de esforzarse, intervendrían, al menos, en ese certamen, sin importar la edad que tengan, y ello sería motivo para verles jugar con más garra, además de conservar de forma íntegra el espíritu de compañerismo logrado durante la serie.

El otro tema es el de los jugadores que se encuentran incertados en ligas extranjeras, y que se ha probado más de una vez, no dan los resultados esperados con el equipo Cuba. Esos atletas, muchas veces están cansados de largos mese de entrenamiento y juego, y aun cuando se encuentran bien físicamente no rinden lo mismo. Entonces, ¿por qué insistir con ellos? Dejemos de lado la vieja mentalidad de llevar a los “probados” y permitamos que otros también muestren sus potencialidades al mundo y puedan ser, en un futuro, según lo que está estipulado por el Inder, merecedores de nuevos contratos en el extranjero.

Todo ello, sin dudas, contribuirá a crear mayor rivalidad entre las novenas cubanas, lo que implicará un mayor estudio del contrario, deseos de ganar y entrega, tanto en el terreno de juego como a la hora de los entrenamientos, en los cuales es necesario una revisión profunda y un análisis individualizado de cada atleta para su correcta aplicación. Esos, en mi humilde criterio, son factores que ayudarán a que el beisbol cubano regrese a los planos estelares y que nuestros estadios vuelvan a llenarse con aficionados que, como es mi caso, esperan ansiosos el renacer del pasatiempo nacional.