La actuación del gladiador habanero Oscar Pino Hinds en el recién finalizado Campeonato Mundial de Lucha, con sede en Nur Sultan, Kazajistán, puede considerarse como muy meritoria, aun cuando se quedó a un paso de escalar a lo más alto del podio de premiaciones.
Haber ganado la presea de plata, tras caer reñidamente (1-3) en la disputa por la corona, nada más y nada menos que frente al turco multicampeón mundial, Riza Kayaalp, es un desempeño que complace, a la vez que invita a visualizar con optimismo el fu-turo del formidable luchador capitalino.
Ceder con esa cerrada diferencia ante el representante de Tur-quía; monarca del orbe en 2011, 2015, 2017, y ahora en 2019, me-dallista plateado en 2013 y 2014, y bronceado en 2009 y 2010; no le resta clase al giraldillo, más bien le concede prestigio y aval dentro de la élite de esta disciplina a nivel mundial.
Téngase en cuenta que Kayaalp ha sido reconocido como un difícil rival, incluso, para el estelarísimo Mijaín López, a quien de-rrotó en la final del Campeonato Mundial de Lucha, en Estambul, Turquía, en el 2011, y lo volvió a hacer en similar cita cuatro años después, en Las Vegas, Estados Unidos.
Con casi 26 años (los cumplirá en octubre venidero), Oscar Pino ha ido mostrando una notable progresión en su exitosa carrera deportiva, y este metal plateado que acaba de incluir en su vi-trina así lo demuestra, pues constituye un escalón más alto en el podio con relación a las medallas de bronce que ganó en el Campeonato Mundial de Paris, Francia, en 2017, y en el de Buda-pest, Hungría, en 2018.
Además de esas lides planetarias, de 2016 hasta la actualidad varias han sido las competencias donde se ha destacado el mucha-cho de nuestra urbe maravillosa: en el propio 2016 se coronó en el Campeonato Panamericano de Lucha, celebrado en Fisco, Estados Unidos, y en 2017 consiguió igual resultado en la misma lid, efectuada en Salvador de Bahía, Brasil. Más recientemente, ya en 2019, ganó bronce en otro certamen panamericano de lucha —en Buenos Aires, Argentina— aunque esa vez compitió en el estilo libre. Y, también como librista, se adjudicó la plata en los Juegos Panamericanos de Lima, Perú.
Poco antes de ese encuentro multideportivo fue noticia en Cuba, al conquistar la medalla de oro en la división de los 130 kg del estilo grecorromano en el Campeonato Nacional de Luchas realiza-do en Camagüey, y repetir su actuación dorada en la libre, en la división de 125 kg.
Sus virtudes en ambos estilos permiten que los estrategas en este deporte puedan contar con él para representar a La Habana —y a Cuba— indistintamente en un estilo o en otro, y a juzgar por su constante presencia en el podio ha cumplido cabalmente las exigencias que se derivan de ese doble encargo.
Con sobrado talento y una entrega probada en competencias y entrenamientos, el futuro cercano ya parece hacerle un guiño a Pino. De ello, sin dudas, podrán dar fe los eventos programados para los próximos años.