Dueña de una sonrisa capaz de impactar a quienes le observan, sus 169 centímetros de estatura y apenas 67 kilos de peso le hacen parecer una mujer incapaz de entrar en disputa con otra persona. Sin embargo, la capitalina Leydi Laura Moya López no da ni pide tregua cuando de competir se trata.

Foto: Oscar Alvarez Delgado

Residente en el municipio de San Miguel del Padrón, Leydi Laura alcanzó en los Juegos Panamericanos de Lima, Perú, dos metales plateados y una presea de bronce en el deporte de pentatlón moderno. Durante la ceremonia de premiación de la gala Cubaila 2019, celebrada la pasada semana, Tribuna de La Habana tuvo la oportunidad de hablar con ella.

¿Cuéntanos de tu experiencia en Perú?

—La competencia estuvo fuerte, todos se preparan para ganar una medalla panamericana, sobre todo en mi deporte, que daba plazas para los Juegos Olímpicos.

¿Pensaste en obtener dos platas y un bronce?

—En los relevos, sí. Allí teníamos un poco más de posibilidades, inclusive en el relevo mixto pensé podíamos alcanzar el oro, estuvimos muy cerca, nos quedamos a solo cinco segundos. La medalla menos esperada era en el individual, ahí quedé en bronce, un resultado muy bueno, sobre todo porque logré mi clasificación olímpica y mi primera medalla en unos Panamericanos.

¿Coméntanos del ambiente que se vivió en Perú?

—Todo estuvo muy bien organizado, con instalaciones muy bonitas. Los peruanos tenían mucha atención con todos los atletas. El trabajo del equipo fue muy bueno.

¿Qué fue lo que más extrañaste de Cuba?

—El calor. Hacía demasiado frío. Eran temperaturas de 10 a 15 grados todos los días.

¿Próxima competencia?

—El mundial en el mes próximo.

¿Pronóstico?

—No sé. Por lo menos pasar a la final.

¿Pronóstico para Tokio?

—Lo primero, tenemos que trabajar más duro. Estos van a ser mis segundos Juegos Olímpicos. En Río me caí del caballo cuando iba en el lugar 15, sería bueno lograr entrar entre las 10 primeras.

Háblame un poco del tema de los caballos, porque se compite con el que te toca en el sorteo, ¿cómo es ese proceso?

—Los caballos los pone el país sede. Se hace un sorteo para ver quién va primero, el número que te toque es el que van acomodando para los caballos. Nadie conoce con cual corcel va a competir. Solo tienes cinco minutos para calentar y entender al animal.

¿Nunca se te ha dado un caballo un poco arisco?

—Ahora mismo, en los Juegos Panamericanos. En el individual me tocó una yegua un poco complicada. De hecho, me tumbó en el calentamiento. Estaba pesada, relinchando mucho, pero la logré controlar y hacer mi recorrido.

¿Cómo te ves en el futuro?

—Mejor. Sinceramente, este año tuve lesiones y bastantes afectaciones. Pese a eso, logré obtener medallas en unos Juegos Panamericanos; pienso que, con una mejor preparación, mejore mis resultados. Todo está en entrenar y ponerle más esfuerzo.

Antes de despedirnos, dime tu punto más fuerte y el más débil.

—Estoy bastante pareja, sinceramente. Creo que donde más puedo mejorar, y donde más quiero, es en la carrera. Ahí es donde más pienso trabajar este año.