Derrotas por la mínima diferencia de un gol ante las escuadras de Ciego de Ávila y Granma —además de un empate frente a Camagüey— fueron suficientes para dejar sin opciones de avanzar a semifinales a la selección de Industriales en el grupo B del XIII Campeonato Nacional de Fútbol Sala, denominado Liga Nacional desde hace tres años.

En esa propia llave B los boletos semifinalistas fueron conquistados por el conjunto avileño y el granmense, que al menos hasta el viernes marchaban invictos, con 12 unidades para cada uno.

Mientras esto sucedía en el grupo B —hasta hoy sábado— La Habana aún tenía posibilidades matemáticas de convertirse en uno de los dos clasificados por la llave A pues, si triunfaban ante Sancti Spíritus y Pinar del Río derrotaba a Cienfuegos, pinareños y habaneros avanzarían a los cruces semifinalistas.

Hasta el viernes, La Habana, elenco campeón defensor en esta lid, había vencido a Villa Clara (4x2) y Pinar del Río (4x3), mientras que tenía una igualada frente a Cienfuegos (2x2) y una costosa derrota ante Santiago de Cuba (0x4).

En lo individual, vale destacar la actuación del granmense Edgar Castillo, quien después de los cuatro partidos iniciales de esta justa había perforado las porterías de sus rivales en 11 ocasiones.

De manera general, llama la atención en magnífico nivel alcanzado por las formaciones de Ciego de Ávila y Granma —por el grupo B— y el ascendente desempeño del equipo de Santiago de Cuba, que al menos hasta el viernes lideraba la llave A.

En cuanto a las actuaciones de las selecciones capitalinas —Industriales y La Habana—, a falta de un análisis más profundo que deberá realizarse después de finalizado este certamen nacional, es evidente que la desaparición de la Sala Kid Chocolate, sede que los acogió durante más de dos décadas, les pasó factura en su rendimiento.

Tal realidad es comprensible si se tiene en cuenta que por esta causa su campeonato provincial se retrasó hasta el punto que fue necesario interrumpirlo para que ambos elencos habaneros pudieran asistir a esta III Liga Nacional de Fútbol Sala, lo cual también limitó las posibilidades de preparación —sobre todo en cuanto a tiempo disponible— de los dos seleccionados azules.