Para los cubanos, el cuarto lugar alcanzado en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 fue un duro golpe, aun cuando se sabía iba a ser difícil mantener el segundo lugar alcanzado en citas anteriores. Una baja en los resultados de nuestros atletas, provocada por disímiles causas y un alza en la de los vecinos del continente vaticinaba una dura pelea por los primeros escaños.
Ello, sumado al hecho de que varios de nuestros representantes alcanzaron sus cotas máximas meses antes de ese evento –algo que viene ocurriendo de forma reiterada desde hace algún tiempo–, provocaron que el rendimiento de la delegación cubana quedara por debajo de lo esperado. Nadie puede mantenerse todo el año al tope de sus posibilidades y eso lo saben bien entrenadores y atletas, de ahí la importancia de una correcta planificación de las cargas para llegar al evento fundamental en la mejor forma posible y no gastar las “balas” antes de tiempo.
En Toronto se alcanzaron 97 preseas –36 de oro, 27 de plata y 34 de bronce–, cifras que nos dejaron por detrás de Brasil, ocupante del tercer escaño y ni que decir de Canadá y Estados Unidos, dueños de los lugares dos y tres, respectivamente.
Ahora bien, analicemos el comportamiento de Cuba y sus principales rivales (ya antes mencionados) durante las ediciones precedentes. Lo primero que salta a la vista, es el dominio histórico de Estados Unidos, seguido por Cuba y, en tercera posición, Canadá; mientras que Brasil ocupa el cuarto escaño.
Lo segundo, es el hecho que desde Cali 1971 (Colombia), hasta Guadalajara 2011 (México), la Mayor de la Antillas siempre logró escalar al segundo escaño, salvo en La Habana 1991, justa en la cual destronó a Estados Unidos. Cuatro años después, en Mar del Plata 1995 (Argentina), Cuba volvió a superar las expectativas y pronósticos, aunque en esa ocasión quedó en segundo puesto.
Tras esas actuaciones, comenzó un descenso. Ascender, nuevamente, no será tarea fácil, pues el nivel del área se ha elevado exponencialmente, aunque tampoco resultará una misión imposible, si se tiene en cuenta el comportamiento histórico de los países del área y el de Cuba. Sumémosle a ello la forma en que se presentan nuestras principales escuadras, entre las cuales destacan los deportes de combate y el atletismo, ahora con la inclusión de la gimnasia y las pesas, que mucho pueden aportar al medallero.
Es tiempo de planificar hasta el más mínimo detalle la preparación de cada uno de los integrantes de la delegación cubana que asista a Lima. Ello incluye, como es lógico, la adaptación, con tiempo suficiente, a las condiciones climáticas que pueden ser un contrario silencioso durante la competencia.