Cuando la selección de Capitalinas conquistó —este viernes— su primera corona en una Liga Superior de Baloncesto (LSB), se materializó un incuestionable acto de justicia, pues las muchachas conducidas por el experimentado director técnico Ernesto Wright merecieron el título desde los partidos que marcaron el inicio de la temporada.

La escuadra habanera venció y convenció desde el inicio de la justa Foto: Joyme Cuan

Por eso, cuando la pujante escuadra de Guantánamo aprovechó su condición de momentánea anfitriona para poner el play off final dos triunfos por cero a su favor, la mayoría de los seguidores de la formación habanera mantuvimos algo más que la esperanza respecto a la posibilidad de una remontada azul acá —en la Ciudad Deportiva— que ubicará en el podio a los elencos contendientes por el título con el orden correspondiente a la verdadera calidad de cada nómina.

El éxito en el choque de la víspera (79x70) fue el colofón de un certamen dominado de principio a fin por las habaneras, aunque ineludiblemente debe verse como el ascenso a una cima que comenzó a escalarse en los últimos años sobre peldaños que alcanzaron su solidez gracias al fragor de dolorosas derrotas.

El DT Ernesto Wright cree en la importancia de mantener un colectivo unido Foto: Joyme Cuan

Por eso el lustre fue de todas: Regulares y suplentes honraron la camiseta en momentos cruciales, incluso, las jugadoras seleccionadas como refuerzo también se sumaron a la causa y dieron su valioso aporte.

Nada distante de esa realidad estuvo la opinión del DT Ernesto Wright, quien con una sonrisa casi perpetua en su rostro accedió a decirles a los lectores de Tribuna de La Habana cuál fue la clave de esta victoria: “Primero que nada la unión en el colectivo. Ningún equipo que no tenga colectivismo y trabajo de grupo puede tener derecho a ganar”.

Con relación al mal inicio de las giraldillas en esta final, el estratega azul señaló que “en Guantánamo no nos funcionó ese juego de equipo y la efectividad fue muy mala. Nosotros tenemos un promedio de más de 75 puntos por partido y allá nos quedamos muy por debajo de esa media. No pudimos anotar de 75 a 80 puntos, lo cual era el propósito para alcanzar la victoria. También esperábamos aceptar de 65 a 70 y no fue así. No cumplir esos objetivos nos llevó a perder aquellos dos juegos”.

Finalmente Wright, en consonancia con la celebración de este Día de las Madres y como muestra de la generosidad que lo caracteriza, quiso dedicar este importante éxito a su mamá, a su prima Milagros, a su esposa Lázara Hermida (comisionada Provincial de Baloncesto), a sus muchachas… “y, por supuesto, a mi aguerrido colectivo técnico, que siempre estuvo luchando por el triunfo”.

Foto: Joyme Cuan
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