Estudiaba en la secundaria cuando su madre, trabajadora de la salud, se fue a cumplir misión internacionalista en Angola. El muchacho, que ya jugaba pelota desde los diez años desempeñándose como primera base y jardinero derecho, allá en su natal Ciego de Ávila, quedó al cuidado de sus abuelos y de una señora de nombre Reyna a la que todos llamaban “mumito” que lo cuidó con mucho amor.
Antes de trasladarse a la Habana ya alguien le había visto cualidades de lanzador y en la categoría 15-16 estaba encaramado en el box en un campeonato nacional. Aquí en la capital, como juvenil, lo captaron para la EIDE por su impresionante potencial físico de 1.97 metros de altura a pesar que aún no era rápido y le faltaba potencia en el brazo.
Pavel, ya ha jugado cuatro series nacionales en la categoría sub 23 años y lleva tres años consecutivos siendo parte de la nómina del equipo Industriales. Ahora su recta ha llegado a viajar hasta las 93 MPH y su desarrollo deportivo está en continuo ascenso.
“También utilizo una slider que he ido perfeccionando con el tiempo y que me ha sido de gran ayuda. Ahora estamos trabajando el cambio de bola que antes no lo tiraba por desconfianza pero los entrenadores nos obligaron a lanzar en la provincial solamente tirando recta y cambio y lo he podido mejorar mucho”-Le declaró a Tribuna de la Habana antes de una sesión de entrenamiento.
“Mi mayor debilidad es no hacer todo el tiempo una mecánica de movimiento consecuente producto de mi inexperiencia. Al principio era muy descontrolado pero con el tiempo he ido tirando mucho más strikes dado en parte por un mayor dominio del juego de pelota y una mejor concentración”, confiesa.
El atleta de 22 años fue uno de los 34 peloteros liberados por la Federación Cubana para poder firmar un contrato con las Grandes Ligas hace unos días atrás, acuerdo que la administración de Donald Trump bloqueó el pasado lunes sobreponiendo los intereses políticos por encima de los deportivos.
“En Cuba hay mucho talento y aunque siempre tuve esperanzas de estar dentro de un lista grande de más de 100 peloteros, estar dentro de los 34 me sorprendió mucho”-Dijo.
“A pesar de no haber tenido campañas muy sólidas he tenido mis momentos donde he podido lucir mi talento. La Comisión Nacional me ha visto hacer buenas demostraciones desde el montículo, y han visto que mi carrera, en parte por mi físico y por mi dedicación al entrenamiento, siempre ha ido creciendo y sigo ganando en velocidad”-Nos asegura.
Su querida “mumito” falleció unos días después de sentir el regocijo de ver a su ahijado entre los escogidos por los directivos del béisbol con vistas a un posible contrato profesional. Hoy, después de conocer la aciaga noticia de la ruptura del acuerdo, las palabras finales de Pavel Hernández nos obliga a la reflexión y al análisis:
“Con el acuerdo los atletas no tenían que arriesgar nada para buscar su sueño. Tengo muchos compañeros que la han pasado muy mal al abandonar el país. Ese acuerdo era una vía segura para nosotros y para nuestras familias, además que hubiéramos podido jugar a un nivel superior representando a Cuba sin tener que cortar los vínculos con nuestra Patria”.