El buen paso de la selección de Capitalinas en la lid para damas de la actual Liga Superior de Baloncesto (LSB) y el insuficiente desempeño de Capitalinos entre los varones, continuó dejándoles un sabor agridulce a quienes “degustan” esta disciplina en nuestra ciudad maravillosa.

Mientras las giraldillas marchan como líderes absolutas tras concluir las primeras seis subseries del certamen, la representación masculina parece coquetear con los puestos más rezagados, que hasta ahora tienen como inquilinos a las escuadras de Guantánamo y Camagüey, por ese orden.

Si bien es cierto que el equipo habanero mantiene reales posibilidades matemáticas de incluirse entre los cuatro conjuntos que ganarán el derecho a disputar los play off semifinales, también es una gran verdad que la ineficiencia mostrada en varios parámetros del juego atentan contra cualquier rapto de esperanza que caprichosamente intente surgir en el aficionado más optimista.

Bajos índices de acierto en tiros de campo, en la búsqueda de canastas de tres puntos o en los libres, discretos resultados con los rebotes y la pérdida de demasiados balones permiten ver sobre la cancha a un elenco que por momentos parece cansado, otras veces luce apático y en la mayoría de las ocasiones se nota derrotado mucho antes de que el reloj detenga su cuenta regresiva.

Todo esto ante la mirada atónita de quienes sabemos que la nómina azul tiene para más, dada la experiencia y el talento de la mayoría de sus jugadores y la probada aptitud de su colectivo técnico en general.

Las muchachas, en cambio, no dejan dudas respecto a cuán enfocadas están. Tienen ante sí la meta de siempre: subir a lo más alto del podio. Pero también mantienen, muy claros en la memoria, los recuerdos de las finales de 2017 (frente a Guantánamo) y 2018 (contra Sancti Spíritus), cuando el éxito les fue esquivo a pesar de haber logrado buenos desempeños.

Bebieron del zumo amargo de esas derrotas, y están dejando ver, en cada salida a la cancha, que realmente sólo podrán calmar su sed con el delicioso sabor del más auténtico néctar de la victoria.