Cuando ya la selección de Capitalinos se ha medido a cuatro de los siete oponentes que deberá enfrentar en la actual Liga Superior de Baloncesto (LSB), llama la atención la escasa cantidad de victorias que han podido alcanzar en esos compromisos iniciales.
Una división de honores —primero ante Sancti Spíritus y después contra Artemisa— les aportó los únicos dos triunfos que han logrado hasta la fecha; pues Matanzas, de modo sorpresivo, y Villa Clara, de manera más esperada; les propiciaron contundentes derrotas que les llevaron al sótano de la tabla de posiciones.
El dominio mostrado por los azules en el último Torneo Nacional de Ascenso (TNA) sirvió de fundamento a un optimismo que ahora parece desvanecerse con resultados que por momentos dejan en evidencia el necesario buen trabajo de equipo, ese que —precisamente— le permitió clasificar sin contratiempos en el selecto grupo de ocho contendientes que pugnan por la corona en esta LSB.
Le urge a la escuadra giraldilla sacar partido a la presencia —probablemente hasta abril— del estelar Orestes Torres, quien se ha mostrado como lo más parecido a un líder para sus compañeros en los primeros choques de esta lid. Aunque, bueno es señalarlo, su liderato no ha sido suficiente para movilizar al resto de la plantilla en aras de conseguir éxitos indispensables.
Si bien es cierto que el certamen apenas rebasa la cuarta parte de su calendario de juegos y que el Tren de la Capital tiene tiempo para remontar posiciones, también es una gran verdad que el desempeño del equipo masculino habanero ha estado muy por debajo de lo anhelado por la afición y de lo previsto por la mayoría de los especialistas de esta disciplina.
Enmendar desaciertos o revertir desánimos es tarea que deberá ser asumida por todos y con apremio. El colectivo técnico, los jugadores, la prensa especializada de la capital y ese jugador imprescindible que es la afición respaldando al conjunto cuando juega en casa, deberíamos hacer nuestro inexcusable aporte. A fin de cuentas, sería un buen propósito y un mejor logro si, con la suma de esfuerzos, tomamos el baloncesto habanero como una nueva causa para hacer por La Habana… lo más grande.