La vasta experiencia de Rudy Reyes le permite desempeñarse como jugador y director del equipo de Arroyo Naranjo. Foto: Marcelino Vázquez

Desde el martes último varios terrenos de la ciudad sirven de sede a la 59 Serie Provincial de Béisbol, certamen en el que cada uno de los 15 municipios habaneros están representados por un equipo y, además, participa una selección de la Academia capitalina, integrada por jugadores que no rebasan los 23 años de edad.

La etapa clasificatoria de esta lid deberá extenderse hasta el venidero domingo 10 de febrero, cuando ya cada elenco contendiente se habrá enfrentado una vez a los restantes conjuntos inscriptos.

Como va siendo habitual, se juega a una sola vuelta, lo cual ga-rantiza que a lo largo de la competencia la mayoría de las escuadras solo puedan celebrar los 15 partidos del segmento previo a la semifinal y a la final. En estas últimas fases el ganador será el conjunto que se imponga en modestos play off, pactados a un máximo de tres partidos.

La suma de los pleitos de la etapa de todos contra todos, más los seis choques que llegarían a jugar solo los finalistas es, a todas luces, insuficiente para hacer una adecuada evaluación individual de los jugadores candidatos a integrar selecciones habaneras en próximas contiendas, como la ya cercana Serie Nacional Sub 23 y la posterior 59 Serie Nacional de Béisbol.

Sin embargo, en ese sentido es un paso positivo la nueva decisión de permitir la inclusión de cinco refuerzos en los cuatro elencos con boletos hacia más allá de la etapa regular. Tal disposición asegura la presencia de 20 peloteros destacados en unos pocos pleitos más, que tendrán como peculiaridad agregada —para atletas y evaluadores— el hecho de que sean partidos cruciales de postemporada, algo así como una “pequeña prueba de fuego”, válida para hacer útiles valoraciones circunstanciales.

Aun cuando recién comienza el torneo, ya es posible hablar de sucesos sugerentes para especialistas y aficionados, como la loable doble función que realiza el experimentado jugador de los azules, Rudy Reyes, como director y atleta de Arroyo Naranjo; o la limitada cantidad de pelotas disponibles para cada choque, que a menudo obliga a los árbitros a no poder cambiarlas cuando el lanzador lo solicita. También llamativo —o anecdótico— resultó que en el sexto inning del desafío entre Arroyo Naranjo y Playa, el árbitro principal abandonara sus funciones ante la mirada incrédula de los presentes en el Estadio Santiago “Changa” Mederos.

En lo puramente competitivo, sobresale el buen inicio de la escuadra de Plaza de la Revolución —ocupante del cuarto lugar el año pasado—, con éxitos en sus tres primeras salidas al diamante. También significativo resulta el adverso comienzo de los campeones defensores de Diez de Octubre, con un triunfo y dos descalabros en los primeros compases de esta Serie Provincial de Béisbol.

Pie de foto: La vasta experiencia de Rudy Reyes le permite desempeñarse como jugador y director del equipo de Arroyo Naranjo.