Aun cuando la selección de La Habana que participará en la venidera 104 Liga Nacional del Fútbol Cubano está lejos de volver a posicionarse entre los elencos favoritos para subir al podio en este tipo de lides, lo cierto es que el nuevo sistema de competencia anunciado recientemente por la Comisión Nacional de esta disciplina deja un margen de posibilidades para que —al menos— la escuadra capitalina avance a la segunda fase del certamen.
A diferencia del año anterior, cuando incluso hubo Liga de Ascenso, en este 2019 tendrán protagonismo 16 equipos, ocho en Occidente e igual cifra en Oriente. Los conjuntos de cada zona se medirán entre sí en choques de ida y vuelta con el objetivo de ubicarse entre los cuatro primeros lugares. Así, en un segundo segmento, el mejor cuarteto de la región occidental y el de la oriental se mezclarán para enfrentarse todos contra todos, a una sola vuelta, con la intención de ocupar las primeras posiciones, en aras de acceder a la gran final.
Vale recordar que en este campeonato —previsto para iniciarse el próximo 19 de enero— por la zona oriental están inscriptos Santiago de Cuba, Guantánamo, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Camagüey, Las Tunas, Holguín y Granma, y por la occidental aparecen Pinar del Río, Artemisa, La Habana, Isla de la Juventud, Mayabeque, Matanzas, Cienfuegos y Villa Clara.
Una simple mirada a la tabla final de posiciones de la 103 Liga Nacional del Fútbol Cubano permite comprobar que la pobre actuación de La Habana, que entonces los condenó a un nada halagüeño onceno lugar —entre 12 participantes— ahora en la 104 versión pudiera ser suficiente para asegurarles un puesto entre los cuatro mejores de Occidente, pues a los giraldillos hace un año les antecedieron santiagueros, avileños, pinareños, camagüeyanos, espirituanos, granmenses, cienfuegueros, tuneros, guantanameros e isleños, o sea, siete selecciones orientales y solo tres occidentales.
Si supuestamente aconteciera algo similar, La Habana se colocaría en el cuarto peldaño en la primera fase —detrás de Pinar del Río, Cienfuegos e Isla de la Juventud—, y custodiada bien de cerca por Villa Clara, equipo que en el 2018 terminó en la duodécima plaza, aunque igualado con el de la capital, ambos con 10 unidades.
Si terminara exactamente así —lo cual pudiera no ocurrir, debido al nuevo sistema de competencia y a los lógicos cambios que para bien o para mal sufren los equipos de un año a otro— muchos hablarán de lo injusta que resultaría la ausencia, en el segundo segmento, de conjuntos de la zona oriental con mejor desempeño que La Habana. Y mientras eso suceda, quienes seguimos confiando en una posible recuperación del fútbol habanero, estaremos inmensamente agradecidos porque lo injusto esta vez haga viable que la escuadra azul llegue con lo “justo” a avanzar unos pasos más hacia la distante y escurridiza cima que años atrás solía conquistar.