Recibir la condición de Mejor Árbitro Nacional, en todas las categorías, durante el año, es un reconocimiento que todo imparcial anhela, pero pocos consiguen. Obtenerla por primera vez, a tan solo nueve días de su cumpleaños 38, fue el mejor regalo que Erick Martínez Reyes, metodólogo de relaciones y promoción del deporte en el municipio de Artemisa, pudo recibir este cuatro de diciembre, Día del árbitro en Cuba.

Con el propósito de conocer un poco más sobre el accionar de los imparciales en la mayor de las Antillas, Tribuna de La Habana conversó con él durante los días que duró el Activo Nacional de Jueces y Árbitros que este año tuvo lugar en la provincia de Santiago de Cuba.

Como muchos de los encargados de impartir justicia en el movimiento deportivo cubano, nuestro entrevistado practicó deportes de forma sistemática con anterioridad. Sobre esa etapa de su vida comenta: “Fui atleta de beisbol en la ESPA Julio Díaz González, de la antigua provincia La Habana, actualmente Artemisa. Al terminar el 12 grado ingresé en la universidad en la carrera de Licenciatura en Cultura Física”.

Erick, quien tiene una maestría en actividad física en la comunidad, prefirió ser árbitro de voleibol de playa en lugar de beisbol. Sobre tal cambio, explica: “Estando en la Universidad, un profesor —árbitro internacional de voleibol—, preguntó quién quería pasar un curso de arbitraje. Me incorporé pensando en mi currículum, nunca en dedicarme a ello; sin embargo, terminé enamorándome de esta profesión”.

Fue en el año 2005 cuando comenzó a trabajar en el deporte, como profesor de Educación Física, actividad en la cual se mantuvo cerca de cinco años antes de pasar a fungir como metodólogo en la Dirección Municipal de Deportes de Artemisa. De su accionar impartiendo justicia conocimos que ha tenido más satisfacciones que ingratitudes.

Entre los momentos satisfactorios se encuentran su asistencia a los Juegos del ALBA en el 2011, además de haber alcanzado en el 2017 y en este 2018, la condición de mejor árbitro nacional de voleibol. También participó en los Juegos Centroamericanos de este año en Barranquilla y en la final del Norceca, en Dominicana, evento al cual califica como: “Uno de los mejores en cuanto a nivel de participación”.

Más, el hecho de haber obtenido el reconocimiento como mejor árbitro nacional en todas las categorías, lo cual incluye, entre otros deportes, el beisbol, atletismo y los de combate, le tomó por sorpresa. “Jamás pensé, con tantas personas con experiencia, recibir tal distinción. Me siento muy contento y orgulloso con el trabajo, y este mérito no me corresponde solo a mí. La Federación Cubana de Voleibol que viene realizando un trabajo de formación y seguimiento a mi desarrollo como árbitro continental”.

“Ingratitudes he tenido pocas, pues la Federación de Voleibol es muy atenta en cuanto a nuestra formación. La única incidencia que he tenido en mi carrera fue en el Norceca, en Varadero, en el partido por el bronce entre Canadá y Estados Unidos. Allí hubo un error arbitral, y el partido se prolongó un poco más de lo debido. Ocurrió un mal entendimiento, seguido de una mala actuación de los atletas y mal comportamiento, y tuve que sacar dos tarjetas rojas, primera vez que me pasaba eso en mi carrera como árbitro”. Apliqué lo que estaba establecido por las reglas, pero desde mi punto de vista arbitral no me sentí contento”.

La fórmula recomendada por Martínez Reyes para salir mejor árbitro nacional general del país consiste en: “Ser responsables con el trabajo, sistemático con lo que se hace, y no creer que haber alcanzado un sitio a nivel nacional y ya no hacer nada más. Al contrario, debemos apoyar a nuestra provincia, nuestro municipio, en todos los eventos que se realicen entre escuelas, combinados deportivos, en los diferentes eventos provinciales, mantener una superación constante, ayudar a los demás árbitros en formación, y trabajar en fórum y eventos científicos”.

Pero no solo de estudios está lleno el camino de un imparcial, mucho menos el de los dedicados al voleibol de playa. Sobre las exigencias físicas que deben de cumplir comenta: “Nuestro deporte, como se práctica en la arena, al sol, requiere de una preparación física sistemática y una dieta rigurosa para mantener los estándares de peso y masa corporal, además de una adecuada disposición psicológica”.

Otro aspecto obligatorio es una constante hidratación, debido a lo largo e intenso de las jornadas de trabajo. El Voleibol de playa se torna especialmente severo para los árbitros, pues si bien los atletas toman su descanso, en el caso de los encargados de impartir justicia no ocurre lo mismo. Pese a ello, Erick insiste en que: “Es bien bonito. Se juega con el ambiente de la playa. En cuanto al partido con las condiciones climáticas más adversas en que he actuado puedo mencionar uno en un circuito nacional, en Rancho Luna, Cienfuegos. El aire ahí era muy fuerte y hacía el trabajo difícil, tanto para los atletas como para los árbitros. El balón era llevado de una cancha a la otra y era dificultoso el accionar para los atletas”.

La lluvia también ha pretendido, en más de una oportunidad ‘aguarle’ el día, al punto que en Cuba le han apodado el hombre de la lluvia. En buena parte ello está dado por lo ocurrido en el preolímpico de La Habana donde cada vez que le tocó trabajar el agua dijo presente. “Ello —comenta— es complejo para los atletas porque el balón pesa más, y para los árbitros, porque se les dificulta la visibilidad”.

Su inclusión este año en los Centroamericanos y en la final del Norceca responde al trabajo que se realiza para que, en un primer momento, obtenga la categoría de árbitro continental y posteriormente la de internacional. De lograrlo, sería el primero en alcanzar tan alta distinción en el voleibol de playa.

BARRANQUILLA, PUNTO Y APARTE

Al preguntarle sobre su accionar en los Juegos Centroamericanos de Barranquilla, la voz le cambia, como si un nudo inmenso se le atragantará en medio de la garganta. Razones tiene de sobra, pues: “participar en unos juegos multidisciplinarios para mí fue una experiencia extraordinaria. Estar presente allí, donde de los 20 árbitros asistentes 19 tenían la categoría de internacional y solo yo era nacional, constituyó un privilegio inmenso. Ello se logró gracias a una dispensa solicitada por la Federación Cubana de Voleibol al Norceca”.

“Pero también constituyó una alta responsabilidad de no hacer quedar mal a Cuba, de poner en alto los logros del deporte cubano, en especial los de nuestro arbitraje, que tiene gran prestigio tanto en el área como a nivel mundial. Fue una experiencia muy gratificante y provechosa para mi carrera. Puedo decir que de Barranquilla para acá sentí un cambio en mi accionar como imparcial. Allí aprendí mucho”.

Erick, a la izquierda, mientras recibía en Santiago de Cuba el reconocimiento como Mejor Árbitro Nacional del país durante el año Foto: Oscar Álvarez

Si bien en los Centroamericanos, en un principio, pensó iba a trabajar poco, la vida se encargó de demostrarle lo contrario. “Estuve a la par de los demás árbitros, teníamos que trabajar tres partidos diarios, indistintamente, en del horario de la mañana, la tarde y la noche. Al ser mi primera incursión en esas lides pensé que no iba a trabajar en la jornada final; sin embargo, me tocó pitar en la discusión del quinto lugar femenino, entre Guatemala y Honduras. Ello fue muy gratificante para mí, máxime que me tocó hacerlo como árbitro principal. Logré concentrarme, el partido me salió bien y me sentí satisfecho con mi actuación”.

UNA MIRADA AL FUTURO

Alcanzar la categoría de internacional es una meta que está en el punto de mira de Martínez Reyes, quien explica que para conseguirlo debe: “Seguir estudiando más, sobre todo en el dominio del idioma inglés. En cuanto a la familia, mi esposa Yusimí Fonte es campeona Panamericana en gimnasia rítmica en los Juegos Panamericanos de La Habana 91, en la modalidad de ejercicios conjuntos. Gracias a ella estoy en el deporte. Su apoyo resulta fundamental en mi carrera”.

Con dos hijos, (una niña de ocho años y un varón de tres), siente que el futuro toca con fuerza a su puerta. Si bien la niña se inclina hacia la danza y el ballet, el varón lo hace hacia el deporte: “en la casa, cuan él me ve practicando, me imita, coge el silbato y trata e hacer lo mismo que yo. Quién sabe si en el futuro pueda llegar a árbitro también”.

Entre los torneos donde tiene previsto intervenir en el 2019 están, en el mes de febrero, la primera fase del circuito nacional de voleibol de playa, un evento donde participan los principales exponentes del patio y que le sirve para su desarrollo como árbitro. En marzo estará en la provincia de Ciego de Ávila, en la segunda fase del evento y posteriormente en la parada del Norceca, en Varadero. Pero Erick Martínez Reyes es un eterno soñador, y no descarta la posibilidad de ser invitado, en el venidero año, a alguna fase del circuito Norceca fuera de Cuba.

No podíamos terminar la entrevista sin preguntarle por el Che que lleva en el brazo izquierdo. Al respecto expresa: “El Che es esa figura digna de imitar, trabajador, responsable. La persona que nosotros admiramos en Cuba y a quien, en cierto modo, le debo mis resultados porque he tratado de seguir su ejemplo, de avanzar, de hacer las cosas correctamente.

Nuestro entrevistado es un amante del periodismo, en el cual incursionó a partir de su trabajo como metodólogo en Artemisa, donde atiende el programa de Promoción del Deporte Cubano, antiguamente conocido como Propaganda. Al comenzar en esas labores comenzó a estudiar, a conocer sobre la importancia del lid de la noticia, la pirámide invertida y otras técnicas.

Así se fue emocionando al punto de hoy considerar ese trabajo una tarea “tan importante como la del alto rendimiento, porque es el que da promoción a lo que se hace en los municipios. De ahí que piense seguir trabajando en ese sentido para difundir los resultados deportivos de mi localidad en los distintos medios y que se conozca el trabajo que hacen los profesores, fundamentalmente en la base”.