Que conveniente resultaría poder conservar los recuerdos más preciados en la memoria.
Ellos son fundamentales para nuestra identidad: nos ayudan a comprender nuestra historia y a conectar con personas y momentos que nos resultan importantes.
Pero no todos permanen en nuestra memoria a largo plazo.
¿Cómo asegurarnos de que los recuerdos más preciados perduren en el tiempo?
En realidad, los recuerdos no son una copia exacta de los eventos, nuestro cerebro los reconstruye y les asigna un nuevo significado, influenciado por las emociones, pensamientos e incluso lo que imaginamos.
Para que esto sea posible debemos aplicar ciertas estrategias.
Estar presentes en el momento, y enfocarnos en los detalles sensoriales, contar nuestras historias y conectar las emociones con las experiencias vividas, son algunas de las claves para evitar que los recuerdos se desvanezcan con el tiempo.
Si queremos que los recuerdos más significativos se queden con nosotros, es fundamental enfocarnos en lo que realmente importa y vivir esos momentos con total plenitud.
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