Los científicos descubrieron, tras analizar muestras sanguíneas, que la cantidad de marcadores T-bet y FcRL5 se conservan a lo largo del tiempo en función de la gravedad de la infección por SARS-CoV-2.
El sistema inmunológico de los pacientes que sufrieron casos leves de COVID-19 reconoce de mejor forma la proteína de espiga del coronavirus, en comparación con el de aquellos que presentaron síntomas graves de la enfermedad, según afirman investigadores del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio (EE.UU.).

Se consideraron como pacientes graves a las personas que requirieron de ventilación mecánica, ya que, detalló, "esto distingue a los pacientes más críticos, que son los que tienen más probabilidades de desarrollar respuestas inmunitarias deterioradas", declaró Thomas Patterson, coautor de la publicación.
En su estudio, publicado en PLOS ONE, los académicos señalan que la investigación se centró en analizar la respuesta inmunológica de células B de memoria, especializadas en el reconocimiento de antígenos y la producción de anticuerpos específicos para neutralizarlos, ante la presencia de la proteína de espiga del SARS-CoV-2, en función de la gravedad de los síntomas de los pacientes.
Explicaron los autores que "el mayor porcentaje de células B asociado a la inmunidad de larga duración en los pacientes con COVID-19 no grave puede tener consecuencias para la inmunidad a largo plazo contra la reinfección de SARS-CoV-2 o la gravedad de la enfermedad resultante".
Los expertos descubrieron, tras analizar muestras de sangre obtenidas uno y cinco meses después de la aparición de los síntomas, que aquellos que se recuperaron de la enfermedad menos grave mostraron una mayor expresión de marcadores T-bet y FcRL5, asociados a la memoria duradera de las células B específicos de la proteína de espiga, que los individuos que se recuperaron de la enfermedad grave.
(Con información de Russia Today)
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