La falta de acceso al vital líquido, la contaminación de las fuentes naturales, o la creencia de que esta es de mejor calidad que la provista por vías convencionales, ha aumentado considerablemente a nivel mundial, el consumo de agua embotellada, durante los últimos años.

En este contexto, un equipo de investigación español se dio a la tarea de comparar los impactos, tanto en la salud como en el medio ambiente, del consumo de agua embotellada frente a otras dos opciones: consumir agua filtrada del grifo o beberla directamente de la llave.

Los impactos ambientales y en la salud son evaluados de manera independiente, por lo que desarrollaron una nueva metodología que combina elementos de un enfoque conocido como análisis del ciclo de la vida, útil para medir las consecuencias en el ecosistema, con la evaluación de impacto en la salud, según detallan los científicos en un estudio publicado recientemente en Internet por Science of the Total Environment.

Tras estimar el daño medioambiental y los impactos en la salud humana derivados del proceso del embotellamiento, los académicos descubrieron que si toda la población tomara agua embotellada, causaría inmensas pérdidas de especies anualmente y tendría un costo de producción de millones de dólares.

"Nuestros resultados demuestran que, teniendo en cuenta tanto los efectos medioambientales como los sanitarios, el agua del grifo es una mejor opción que el agua embotellada, ya que esta genera una mayor variedad de impactos", afirmó Cathryn Tonne, coautora de la investigación.

El agua del grifo contiene sustancias químicas llamadas trihalometanos, elemento utilizado durante la potabilización y aunque este ha sido asociado con el cáncer de vejiga, se encuentra en concentraciones mínimas que no representan una amenaza significativa para la población. 

Foto: Russia Today

Con información de Russia Today

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