Dormir mucho puede aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular, aseguran los autores de un estudio publicado en la revista de la Academia de Neurología de EE. UU. Quienes dormían nueve o más horas en la noche tuvieron un 23 % más probabilidades de sufrirlo que quienes solo lo hicieron entre siete y ocho horas. Por otro lado, tomar una siesta de 90 minutos o más incrementó el riesgo de tener una hemorragia cerebral al 25 %. Los descansos de hasta media hora no provocaron efectos secundarios.

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