Las lechuzas tienen una coloración que va del blanco al rojo oscuro. Mientras que las rojizas son menos visibles tanto de noche como de día, las blancas reflejan mucha luz y resultan, en teoría, más visibles. Sin embargo, una investigación que se acaba de publicar en Nature Ecology and Evolution ha revelado que las fases de la Luna afectan de forma distinta a las lechuzas en función de su color. “Esta es la primera evidencia de que la variación de luz ocurrida durante el ciclo lunar influye en la selección natural y en la coloración que tienen los animales», han explicado los investigadores.
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