El sudor corporal, el olor de los pies y la genética son algunas de las causas por las que los mosquitos nos pican.

El dióxido de carbono que desprendemos al respirar, el calor y la humedad son otros de los radares que estos insectos utilizan para localizar a sus víctimas.

Según estudios las embarazadas sufren casi el doble de picaduras en la última etapa de su embarazo porque exhalan un 21% más de dióxido de carbono.

Los compuestos químicos del cuerpo que más los atraen son el ácido láctico, el amoníaco y los ácidos carboxílicos. Los colores del vestuario que más los cautivan son los rojos y negros.

La mayoría de lociones y cremas contienen ácido láctico, por lo que debemos tener precaución cómo nos vestimos y en qué momento usamos cremas y lociones.

Una investigación japonesa asegura que quienes comen mucho queso y toman cerveza terminan la noche con más picaduras.

Otra razón es cuando las personas tienen concentraciones altas de esteroides o colesterol. También el grupo sanguíneo es seleccionado, pican dos veces más a las personas con tipo sanguíneo O que a quienes tienen sangre del grupo A, según un estudio que dio a conocer el Journal of Medical Entomology.

Por eso, el metabolismo y la química del cuerpo de cada persona determinan quiénes son escogidos para la picada. Para mantener alejados a los mosquitos y evitar la picadura debemos mantener la higiene, duchándonos fundamentalmente en las noches antes de retirarnos a dormir.

Nos ayudan las plantas antimicrobianas, como la salvia, el eucalipto, el comino, el tomillo y la canela que actúan como repelente.

Fuente: Revista Muy Interesante, Saber vivir, Internet