Cuando algo está mojado se describe que está humedecido con un líquido, empapado, inundado, cubierto de agua.
Pero atención, el líquido mojará cuando se sienta atraído por otra sustancia más que por sí misma. Por esta razón se puede decir que el agua no siempre moja, y el mercurio en el termómetro no moja al vidrio.
Cada molécula de agua está polarizada, forma dos polos, uno con carga positiva (los hidrógenos) y uno con carga negativa (el oxígeno) y además puede formar puentes de hidrógeno. Esto explica que el agua se sentirá atraída por aquellas sustancias que tengan estas mismas características.

Al agua le gustan las proteínas e hidratos de carbono, incluida las de nuestra piel, las celulosas de la madera, las de papel, las de algodón y otras fibras vegetales por lo que se pegará a ellas y las mojará.
Y qué no moja el agua? A la grasa y el aceite, a la cera y las velas, a los patos, que ellos mismos fabrican un aceite con el que recubren sus plumas… y es que los materiales oleosos y los céreos no presentan ninguna de las dos características que necesitan para que les guste al agua y puedan ser mojados por ella.
Esto explica que todos los líquidos mojan, sólo se necesita algo que se deje mojar.