Un nuevo estudio publicado en el Journal de Marketing Research señala que, el hecho de olfatear prolongadamente una comida puede satisfacer directamente el deseo de ingerirla, ya que el cerebro no se da cuenta de la diferencia de la fuente del placer sensorial. "El aroma ambiental puede ser una herramienta poderosa para resistir los antojos de alimentos no saludables", afirmó el autor principal del estudio. Los investigadores concluyeron que es necesario oler un alimento por un periodo de dos minutos para que el cerebro se dé por satisfecho. Por el contrario, olerlo solo 30 segundos hará que se caiga en la tentación de comerlo.

Fuentes: Ecured, Cubadebate, Salud y Bienestar y Russia Today.