Ver crecer y desarrollarse a un hijo, hacia el bien, es un orgullo para toda madre. Para Katia Cárdenas, directora de Gestión Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, fue su primer hijo, deseado, soñado, gestado con pasión desde el primer momento.

Después, vinieron otros, pero el Programa Cultural, su primogénito, tiene un lugar especial en sus recuerdos.

“El primer hijo fue el Programa Cultural; el segundo, Rutas y Andares. Luego llegaron Leandro y Mauro”, compartió. Pero, dijo, “son hijos que tienen una peculiaridad: aunque tienen la impronta personal, la creatividad y el deseo de su nacimiento, son hijos colectivos, corales”.

Al respecto, destaca que ningún equipo editorial puede llevar un proyecto solo, sino que depende de la participación de todos los museos y centros culturales de la Oficina.

Este hijo, que cumplió este diciembre 25 años, “es también un resultado del esfuerzo de nuestro historiador de la ciudad Eusebio Leal de diseñar un entramado cultural para el Centro Histórico con una diversidad de instituciones culturales, que apostaba también a la diversidad de un producto cultural”.

Cárdenas agrega que “fue Leal, con su concepto que es la cultura el eje transversal del desarrollo de la zona quien fue conformando ese ecosistema cultural que hoy disfrutamos en La Habana Vieja y de ese ecosistema es que bebe el Programa Cultural”.

Katia Cárdenas, a la extrema derecha, durante acto por el aniversario 25. Foto: Tomada del perfil en Facebook del Programa Cultural de la OHC

La publicación, señaló, organizó, dio forma, jerarquizó contenidos de ese producto cultural que ya existía. “Por tanto, ese parto colectivo de tantas personas, de tantas instituciones y directivos que estaban interesados en colocar esos productos culturales que se generaban en el Centro Histórico colocarlos en diferentes soportes comunicativos o medios de comunicación para hacer que llegaran a los públicos con los cuales se completa todo ese tránsito comunicativo, informacional y de gestión cultural del Centro Histórico”.

Según Cárdenas, significó “un reto desde el punto de vista personal porque requería en tratar de dialogar y de organizar todo ese entramado cultural, ponerle disciplina a esa planificación del trabajo -que a veces es lo más difícil-, y ponerle una disciplina de trabajo con un cierre informativo cada mes, hacer que ese programa nunca llegara tarde”.

Lo consiguieron, pese a no tener imprenta propia, con la colaboración de la imprenta de Palcograf, que se convirtió en parte del equipo, garantizando que cada mes el programa saliera en tiempo.

“Nos impuso también una manera de trabajar, de coordinar nuestros proyectos, de promocionarlo de la forma más adecuada. Fue un ejercicio de disciplina colectiva también lo que impuso el programa cultural y que se sostuviera bajo cualquier circunstancia en estos 25 años y yo creo que demuestra la autenticidad de nuestro proyecto cultural”.

En el comienzo de una nueva etapa para el Programa Cultural, Cárdenas rememora los momentos fundacionales y recuerda no solo a Leal, inspirador y creador de la obra cultural sino a todas las personas que los acompañaron en ese camino, entre ellas, Raida Mara Suárez, mano derecha de Leal, que organizó toda la estructura base del desarrollo cultural en el Centro Histórico; Gertraud  Ojeda, que tuvo tanto que ver con el diseño peculiar de productos muy propios de la Oficina, por ejemplo, el de la Basílica Menor de San Francisco de Asís, y del diseñador Carlos Alberto Masvidal, que ha sido responsable de la imagen de la OHCH “por tanto tiempo y del diseño mes tras mes, bajo todas las circunstancias, estando o no cerca, de ese Programa Cultural”.

El primer equipo, con Cárdenas y Masvidal, lo integró también Lilibeth Bermúdez, mientras que Pedro Juan Rodríguez hizo posible que esa idea se llevara a la realidad. En el camino se fueron sumando otras personas, para llevarlo a las redes sociales y las otras salidas del programa, entre ellas, Glenda, Evelyn y Yimel Díaz.

“Sin el empeño de cada una de estas personas es imposible sostener una obra. Incluso la transformación de estos caminos también lleva tiempo, lleva organización y dedicación”, enfatizó la directora de Gestión Cultural.

Tiempos nuevos

Exposición con portadas del Programa Cultural a propósito del aniversario, que cumplió en noviembre pasado. Foto: Tomada del perfil en Facebook del Programa Cultural de la OHC

Tras 25 años, el programa experimenta una transformación en su soporte impreso, poniendo énfasis en el sitio web. Según explicó Cárdenas, un proyecto internacional apoyado por KCD oenegé, organización vasca, junto con la OHCH y financiado por la Agencia Vasca de Cooperación y Solidaridad permitió darle una nueva mirada al sitio Habana Cultural, “revolucionar su contenido, propiciar una forma comunicativa más cercana e interactiva con los públicos y ampliar lo que sintetiza la versión impresa”, bautizada como Agenda Cultural.

La publicación, en formato más sencillo, debe permitir agilizar la rutina productiva del proceso editorial, indicó la directora, quien añadió que el soporte impreso no se abandona completamente dado el público que lo requiere y solicita, especialmente las personas adultas mayores, las que siguen el programa Rutas y Andares, y son asiduas al Centro de Información Cultural”.

En la celebración del aniversario 25 del Programa Cultural, se dio a conocer la puesta en marcha del Proyecto de Desarrollo Local (PDL) GC Producciones, una nueva forma de gestión asociada a la Dirección de gestión cultural.

Para la sostenibilidad del proyecto cultural de la OCHC y una mayor autonomía de los gestores culturales que conforman el equipo, el gobierno de La Habana Vieja aprobó el PDL con los servicios culturales que ofrece la Dirección de gestión cultural y otros que a podrán ser comercializadas para lograr un mayor sostenimiento del proyecto.

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