Una nueva puerta al conocimiento a un proyecto sui generis, que a lo largo de los años ha rescatado -y aún rescata-, espacios, edificios y almas, es la muestra La Habana, ciudad patrimonial. Urbanidad difusa, acerca del Centro Histórico habanero y la obra restauradora de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH) en la Trienal de Artes Decorativas y Arquitectura Moderna de Milán, en Italia.
“La Oficina del Historiador fue invitada por la trienal de Milán a participar en esta edición que tiene como tema central las desigualdades: desigualdades urbanas, arquitectónicas y sociales”, señaló el arquitecto Orlando Inclán Castañeda, uno de los curadores de la muestra.
La Oficina, representando a Cuba y a La Habana, es parte de la muestra que inserta a 20 países en uno de los de los eventos expositivos más importantes sobre la arquitectura a nivel internacional. “La propuesta de la oficina se enfocó en mostrar cómo se había trabajado el tema de las desigualdades del Centro Histórico de La Habana”.
De acuerdo con el arquitecto, se trata de “un pabellón bastante sencillo, conformado por piezas básicas y claras: una serie de andamios que dan también esa idea una ciudad en construcción, un Centro Histórico vivo, activo, en construcción”.
A través de esos andamios, reveló, se proyectan audiovisuales para generar un espacio inmersivo, como si se pudiera entrar a la realidad del Centro Histórico de La Habana”. Los documentales, de los realizadores Joel Guerra y Felipe Dulzaides, y también el audiovisual Elogio de la Restauración, “se van simultaneando y se logra tener una idea muy clara de esa relación entre lo social, lo urbano, lo arquitectónico, los valores patrimoniales y cómo se conforma también una idea de esa ciudad viva que, a pesar de que existen elementos de desigualdad, se armoniza también en una preocupación desde lo social, desde la tercera edad y también la infancia primera”.
A juicio de Inclán, la muestra “logra transmitir esa realidad cubana y ese dentro de esta, la del Centro Histórico”.

En ese espacio discreto, donde prima el elemento simbólico y conceptual, al producto audiovisual se incorporan cinco piezas: los cinco volúmenes de la colección Para no olvidar, una serie de libros acerca de la obra restauradora en la parte más antigua de La Habana, que complementa lo que acontece en el pabellón.
Un componente indispensable es el homenaje a Eusebio Leal, “que es la pieza principal, que mueve y promueve todo lo que se está comunicando desde el pabellón de Cuba y desde la labor de la Oficina del Historiador”.
Inaugurado esta semana, la muestra estará abierta en Milán hasta noviembre y para su realización se contó con el apoyo del Ministerio de Cultura de Cuba, la Embajada de Cuba en Roma, el Consulado de Cuba en Milán, el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba y la Embajada de Italia en La Habana.

La Habana, ciudad patrimonial. Urbanidad difusa, financiada por la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS), tuvo como curadores a Orlando Inclán y Jorge Fernández Torres y la co-curadoría de Christian Zecchin, Paloma Herrero Ermakova y Adrián Labaut Hernández. El equipo de realización lo integraron también Marcos Hernández Sosa, Ana María Pedroso Guerrero (Asociación Cubeart).

Trienal de Milán
La Exposición de Artes Decorativas y Arquitectura Moderna de la Trienal de Milán (más comúnmente conocida como Trienal de Milán) es una exposición internacional dedicada a la arquitectura, el diseño y la artesanía que se celebra periódicamente en esa ciudad italiana. Está organizada por la institución homónima, tiene una duración de hasta seis meses y su sede histórica es el Palazzo dell'Arte.
Creada en 1933, y sucediendo a la Bienal de Artes Decorativas de Monza, la trienal tiende a favorecer una visión global de todas las formas de expresión artística y creativa, estrictamente ligadas a la evolución social y al desarrollo económico, y a reforzar la relación entre la industria, el arte y la sociedad en sentido amplio.
Cada edición se articula en torno a un tema que refleja los problemas contemporáneos y fomenta la experimentación y el debate desde una perspectiva contemporánea e interdisciplinar que asocia el arte, las ciencias del comportamiento y la investigación científica.
Entre los participantes se cuentan países, ciudades, regiones, universidades, empresas, centros de diseño, asociaciones artísticas, museos, entidades sin fines de lucro y grupos de diseñadores jóvenes.
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