Son las 10:15 de la mañana del 24 de octubre cuando llegamos a la sede municipal de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en el Cotorro. Allí nos encontramos con Daysi Hernández Domínguez, Secretaria General de dicha organización, quien está en plena faena de recepción y clasificación de las donaciones recibidas hasta ese momento.
En su rostro se refleja el cansancio de las largas jornadas que han precedido a este momento, desde el mismo instante en que se produjo la desconexión del sistema electro energético nacional. Días de intenso trabajo que aún no concluyen, pues tal como reza un afiche que tienen en ese local, el ejemplo de Fidel es el que nos inspira a seguir adelante a pesar de las adversidades, y no es tiempo de descansar, al menos no mientras existan personas a las cuales sea necesario llegar con un mensaje de aliento, y un gesto solidario.
Sin dejar de lado el trabajo en las comunidades del territorio, sobre todo en aquellas donde se sintieron con más fuerza la falta del fluido eléctrico y del agua, ahora las federadas del Cotorro se suman, junto a otras organizaciones del territorio y del país, al envío de donaciones hacia los afectados por el huracán Oscar. La recepción de estos donativos, nos explica Hernández Domínguez, dió inicio en el día de ayer, y hasta el momento de nuestra visita se habían recibido desde 9 delegaciones del territorio, 8 pertenecientes al bloque 56 y una del bloque 24.
Entre lo recibido hay ropa de mujer, hombre y niños, uniformes escolares y de enfermería, y zapatos de niños, todo lo cual se embala por separado, de forma que sea más fácil su distribución entre los damnificados. Una vez hecho este proceso, esos bultos se entregarán a la FMC Provincial para su envío hacia el oriente de Cuba, en un gesto de solidaridad con aquellos a quienes las inclemencias del tiempo le hicieron perder todo, o casi todo, pero que pudieron conservar el bien más preciado, la vida.
Es en momentos difíciles como estos cuando se demuestra, una vez más, que los cubanos, como nos enseñó Fidel, no damos lo que nos sobra, sino que compartimos lo que tenemos. De ahí que el cansancio, aún cuando se pueda reflejar en los rostros de quienes enfrentan los desafíos provocados, primero por la situación electroenergética vivida, y ahora por el paso de Oscar, no logre imponerse, pues como expresara Martí, "Mientras todo no esté hecho, nadie tiene derecho de sentarse a descansar".
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