Uno de los mayores exponentes de la cultura cubana fue el entrañable poeta, decimista y patriota Jesús Orta Ruíz, el Indio Naborí.
Oriundo de una familia campesina y con descendencia española en Islas Canarias, nació Orta Ruíz el 30 de septiembre de 1922 en San Miguel del Padrón, territorio habanero y resultó crecer en un contexto armónico estrechamente vinculado con los campos cubanos.
Desde temprana edad se destacó por sus posibilidades como decimista lo cual le granjeó la admiración de quienes le conocían. Aún adolescente alcanzó gran popularidad por su vocación de la décima folklorizada, pero también llegó a ser un apasionado y excelente realizador de poesía y ensayos y técnicas del lenguaje.
El seudónimo de Indio Naborí le llega por su legendaria popularidad identificándolo con el aborigen que labraba la tierra. Tenía el don de la expresión poética y literaria lo cual le confirió el mérito de ser reconocido por la crítica literaria debido a lograr la fusión de lo popular con lo culto, situándolo en el neopopularismo de la Generación del 27, además de ejercer variadas formas clásicas con una emotividad y métrica, impresionante.
No solo su poesía fue de manifestación campesina, también tuvo propósitos sociales y autobiográficos, más su prosa y amplia obra periodística fue también laureada por prólogos, ensayos, temas tradicionales, entre otros.
Su obra aparece en las antologías cubanas del siglo XX y fue diseminada con sus viajes a varios países del mundo.
Se le otorgó por su significativa y excepcional obra el Premio Nacional de Literatura, 1995 y entre las palabras brindadas por el jurado compuesto por importantes representantes de la cultura cubana se hizo alusión a cómo la crítica reconoce la hazaña artística literaria de Naborí, al haber elevado ese género popular a la más alta categoría estética, y aportarle a la décima un lenguaje culto y expresivo, con las ganancias tropológicas y otras conquistas de la poesía moderna.
Tiene además en su vasta trayectoria otros reconocimientos como; Distinción por la Cultura Nacional, 1981, Medalla "Alejo Carpentier", 1982, Machete de Máximo Gómez, 1986, Orden "Félix Varela", 1991, Réplica de la pluma del Cucalambé, 1991, Reconocimiento Especial "Juan Gualberto Gómez", 1995 (otorgado por la Unión de Periodistas de Cuba), el Premio de la Crítica Literaria, 1996, la Orden 17 de Mayo, entre muchos otros lauros, por solo mencionar algunos.
De igual manera, su obra estuvo ligada a cada uno de los acontecimientos trascendentes de la Revolución Cubana. Qué cubano no conoce su “Elegía a los zapaticos blancos”, poema impactante dedicado a Nemesia, la entonces niña que las balas mercenarias asesinaron a su familia y destruyeron su sueño de tener unos zapaticos blancos. Una dura y muy triste realidad que Orta con su habitual sensibilidad humana manifestó con su pluma.
El Indio Naborí, que lamentablemente falleció el 30 de diciembre de 2005, quedó por siempre en la memoria de su pueblo que lo admiró por su sencillez, nobleza, amor a la Patria y profundo sentido de humanidad.
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