Mientras atravesaba una parte de la ciudad pensaba en la formación nubosa de la tormenta y el tiempo para llegar a casa, comer algo ligero y tomar un doble de Havana Club. Mas cuando crucé el umbral me vino a la mente la fragancia de un breve relato escrito algunos años atrás y que titulé Naturaleza de un café.

Recordé una invitación similar y escuché el silencio cómplice de la cafetera, debajo de la singular voz de Frank Sinatra acompañado de sus hijos Frank, Nancy, Christina…

Crucé de senda y me encontré con Billie Holliday en Summertime (Porgy and bess). Respiré un poco mientras caminaba en una marcha llena de colorido y trompeta con sordinas sumergido en el compás de Her Orquestra y leí:

Naturaleza de un café

Tal vez no lo hubiera entendido nunca. La naturaleza de un café se define en el sorbo amargo o dulce cayendo garganta abajo, en la brevedad de un tiempo relativamente corto: “Te invito a un café” y todo el contenido de la frase define el convite, la esperanza de un tiempo más allá de la frase, sino en su esencia inmortalizada por Cortázar con respecto al amor.

La cafetera quedó en silencio cuando terminé de leer en voz alta. Fue así que recordé otro pasaje convertido en relato diminuto y pensé que sería conveniente aderezarlo con el Havana Club. Ah, allí estaba sentada con las piernas ligeramente cruzadas, Julie London y sonreí al escucharla decir: Fly me to the moon. Y me pidió que leyera el:

El broquelillo

Llevó su mano instintivamente al lugar donde pendía la joya, pero descubrió que no estaba. Buscó sobre su cuerpo tibio aún y contuvo en su boca una sonrisa. Por doquier se esparcía el aroma que expedía la naturaleza, bostezó satisfecha y registró cuidadosa entre las sábanas. Allí estaba con su perceptible guiño de luna.

Si han leído hasta aquí, queridos amig@s puedo asegurarles que desistí en tomar aquel deseo con el alma de la caña de azúcar. También la tormenta se disolvió y continué la lectura de un libro. Muy cerquita, casi respirándome con su Misty Blue, Ella Jane Fitzgerald con una propuesta de Dinah Washington, Drinking again...

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