A pesar que por privado algunas personas me habían sugerido abandonar el tema, pero en conversaciones muy ricas y enriquecedoras en mi casa, entre mi esposa y yo, me di cuenta que con paciencia y sin apasionamiento debía retomar el tema.
Comienzo por decir que me importan mucho los debates inteligentes, sobre temas relacionados con nuestra música, recalco que sólo soy músico, no crítico, ni musicólogo, ni musicógrafo; que es cierto que la etapa que me tocó y me ha tocado vivir acumula, además de muchas experiencias como músico, también muchas vivencias al directo. No soy portador de hipótesis, teorías o poses filosóficas acerca de nuestra música, hablo por mis ojos y mucho más por lo que inevitablemente y sin equivocación, han escuchado mis oídos, los mismos que han producido, dirigido y creado tanta música por 50 años, creo con toda la modestia del mundo que eso solo, impone un serio respeto, tal como sucede con otros colegas.
A la historia que nos contaron desde pequeños estudiantes de música, aprendí como mis compañeros de ocasión a respetarla solemnemente, además de amarla y admirarla.
No me imagino nunca que los aportes realizados a la investigación de la música cubana por los inolvidables maestros, Odilio Urfé, María Teresa Linares, Argeliers León, Lidia Cabrera, Fernando Ortiz, Danilo Orozco, Radamés Giró, entre otros, la de personas estas que entregaron hasta los últimos momentos de su existencia, cuerpo y alma a divulgar la verdad de nuestros orígenes musicales, que nos enseñaron a respetar como la biblia la palabra “ patrimonio “; que esas personas estuvieran erradas en sus conceptos y por tanto que crearan una conmoción en nuestra conciencia de cubanos.
No puedo creer que tanta entrega de todos ellos, nos lleve a opinar que somos unos falsos creyentes de ser dueños de todo, que algunos respetables criterios nos conviertan en usurpadores nacionalistas de cosas que nunca fueron nuestras.
A raíz de esta polémica acerca del bolero han salido a luz, opiniones, criterios y tesis diversas, unas para justificar lo que nunca tuvo luz ni apareció, cuando estas nombradas autoridades de la música vivían, nadie nunca tuvo la valentía delante de ellos y de su obra a exponer, que lo que ellos proclamaban no era de esa forma, que la historia con la cual nos educaron era la incorrecta, hubo oportunidad hasta en los propios congresos de presentar valientemente esos criterios y nadie en lo absoluto lo hizo.
Lo cual no me deja dudas de que estamos ante un oportunismo insólito, una maniobra de escalar posiciones y tratar de pasar a la historia falsamente, de hacerse un personaje a la fuerza a costa de la sabiduría e inteligencia ajena.
(Tomado del perfil de facebook de Joaquin Betancourt Jackman)
Vea también:
Muchas felicidades por su valentía de continuar expresando su opinión bien profesional a lo largo de más de 50 años de experiencia que leímos con mucho respeto. Algunos y nuevos seudocriticos de arte a veces no saben ni lo que critican ni como expresar su crítica y cuando lo hacen se centran más en hacer alabanzas de los creadores y complacer los oídos de amistades o directivos.