Hay ocasiones que la música te traslada a espacios sensacionales, a la vez, te cuenta una historia y te hace vivirla. Así le ocurrió al público de la Basílica Menor de San Francisco de Asís, en el concierto inaugural de la XXIV Semana de la Cultura Italiana a celebrarse del 21 al 27 de noviembre.

La propuesta ofrecida fue un homenaje a Vivaldi en un concierto para flauta y cuerdas interpretado por el flautista italiano Tommaso Benciolini unido a una representación de la Orquesta de Cámara de La Habana.

Esta experiencia única, hizo que Tribuna de La Habana se acercara a este joven flautista que regresa a Cuba para encantarnos con su arte.

-¿Cuántos años llevas tocando flauta? ¿Y por qué elegiste este instrumento?

-De niño no pensaba estudiar música, sé que hay personas que han empezado en una edad más temprana que la mía. Inicié cuando tenía 11 años. Elegí la flauta de casualidad, pues durante mi etapa de la secundaria tenía la oportunidad también elegir un instrumento y dar clases de música. En un inicio quería estudiar guitarra, pero el aula no aceptaba más alumnos, entonces me dieron la opción de la flauta. Mi mamá me aconsejó que lo intentara un año para ver si me gustaba, y si no, podría dejarla y continuar la secundaria sin la experimentación musical. Un mes después, le dije: la flauta me gusta muchísimo.

-¿Cómo fueron los años siguientes de tu formación?

- A los 14 años empecé en el conservatorio y terminé a los 18. Posteriormente, estudié la licenciatura en Francia y Suiza y la culminé a los 22 años. Al iniciar una carrera como músico, de las primeras cosas que hice fue venir a Cuba, con 23 años, para el Festival de Música Contemporánea.

-¿Cuál fue la experiencia más importante en tu formación?

-El momento más importante de mi formación fue cuando comprendí que no necesariamente tenía que convertirme en un músico de orquesta, sino que podía ser independiente. Como se dice en Italia: libero professionista, que en español puede traducirse como: artista independiente. Recién graduado, conversé con mi profesor, e incluso confieso que tenía miedo de decirle que no quería ser músico de orquesta, sino solista o músico de cámara, y tener mis proyectos individuales. Él me ha dijo que estaba bien, que era posible, solo que tenía que trabajar mucho. En una orquesta estás más seguro y tienes cierta estabilidad, mientras que el artista independiente tiene que ganarse la vida por su cuenta. Siempre tuve claro que quiero ser profesor y trabajar como músico autónomo, tocando la música que me gusta, y no que la decida otra persona por mí. Además esta modalidad te permite crecer como persona.

-¿Qué disfrutas más: el acompañamiento o ser solista?

- Me gusta ser solista, porque eres el protagonista, pero también me gusta tocar música de cámara, pues con otras personas puedes crear lazos de amistad luego de interpretar juntos.

-¿Cómo se llama la Orquesta que fundaste?

-Fundé una orquesta en 2019 que se llama LAppassionata. El nombre viene de una sonata para piano de Beethoven, y en español significa la apasionada. Es decir que tenemos mucha pasión por lo que hacemos. Tocamos sin director, y todos los músicos participan mucho en la conformación de la interpretación, como si se tratara de un formato más pequeño.

-Coméntanos sobre el CD debut que has grabado y su relación con este concierto

-El concierto que hice acá en la Basílica fue con la música de este disco. Es música para flauta y cuerda de Antonio Vivaldi (1678-1741) compositor italiano reconocido a nivel mundial. Este proyecto monográfico fue muy importante, lo hice con mi orquesta en 2020, en medio de la pandemia. El CD se grabó en una casa discográfica que se llama SONY Classical. Ellos aceptaron este proyecto homenaje, pues les resultó interesante. El concierto en la Basílica, fue una invitación de la Embajada Italiana en Cuba, que me pidió inaugurar de esta forma su Semana de la Cultura. Para la presentación acá lo hice con músicos cubanos, específicamente con una orquesta de cuerdas, todas mujeres. Estoy muy feliz de haber podido presentar el CD en Cuba y en otras partes del mundo. Es un proyecto muy importante para mí, porque he trabajado toda la vida, justo para esto.

-¿Cómo ves la música de Cuba?

-Me gusta de Cuba que la gente ama muchísimo la música, está en su sangre, y me refiero a todo tipo de cultura musical, incluso la foránea. Además para los músicos cubanos es muy fácil tocarlas. La música de Vivaldi que grabé con mi orquesta italiana nos costó muchísimo trabajo lograr el estilo, sin embargo, llegué a Cuba y solo bastaron dos días para que la orquesta que tocó conmigo, estuviera lista. Esto es increíble. Me parecía que estaba con mi orquesta que ya tocamos este programa mil veces.

-Háblanos del público cubano y de lo que más te ha impresionado

-Es lo que decía antes, a la gente le gusta muchísimo la música, y además el público es muy caliente. El primer concierto que hice en Cuba, con 23 años, en Guantánamo, fue increíble. Toqué música contemporánea italiana para flauta y piano, y me impresionó que en esta provincia, que es diferente a La Habana, la sala estuviera llena completamente, y toda la gente estaba escuchando con mucha atención.

"Para nosotros fue impresionante, porque en Italia hacemos este concierto y el público no va a ser así y la sala no se va a llenar. El concierto de Guantánamo, en noviembre 2014, lo recuerdo como el mejor de mi vida. He tocado en muchos lugares importantes del mundo, pero allí, en esa pequeña sala de esa provincia, con toda la gente atentísima, es una de las cosas que más llevo en la memoria de mi vida musical".

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