A 120 años de su natalicio, regresa a La Habana el pintor cubano Marcelo Pogolotti. Sus dibujos y pinturas estarán en la Galería 23 y 12, del 12 de julio al 31 de agosto.
La iniciativa conjunta del Consejo Nacional de las Artes Plásticas, el Fondo Cubano de Bienes Culturales, el Ministerio de Cultura y el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) dan la posibilidad de acercarse a 18 obras, diez dibujos y ocho pinturas, todas pertenecientes a la colección del MNBA.
“¿Pueden los dibujos y la pintura de Pogolotti, concebida en los turbulentos años 30, constituir vaticinios de los tiempos difíciles que hoy vive la humanidad? Sin duda, sí. En los momentos actuales, donde parece
flaquear la memoria histórica universal, la obra inmensa de Pogolotti nos alerta acerca de los ciclos de la historia, cómo ciertos acontecimientos dramáticos se repiten en lapsos temporales con características similares ajenos a la voluntad de los pueblos”, se pregunta Roberto Cobas Amate, curador de la muestra.
Nacido en La Habana en 1902, vivió en su infancia entre Cuba y Europa. Aunque comenzó a estudiar ingeniería, optó por su verdadera pasión: la pintura, experimentando diferentes corrientes artísticas.
Intensa, pero corta, fue su carrera como pintor: a los 36 años perdió completamente la visión. No cede, se reinventa y como ensayista, novelista y crítico de arte, también hace historia.
“La obra de Marcelo Pogolotti enseña al espectador que no hay arte sin historia. En su caso particular, la agudeza de su pensamiento, que supo trasladar espléndidamente a su obra plástica, le permitió realizar sus dibujos y pinturas en una estrecha relación con el contexto histórico que le tocó vivir”, apunta Cobas en las palabras al catálogo.
“Marcelo Pogolotti era un visionario, un iluminado, un adelantado a nuestros tiempos, y su genialidad creativa lo instala en el firmamento de los más contemporáneos y certeros de nuestros artistas”, sostiene el crítico.
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