Las puertas del Teatro Martí se abrieron para que el poeta regresara a La Habana con las alas de la danza. La casa de Bernarda Alba, texto con el que retratara desde la metáfora el sentir de su patria cobra nuevos significados en la luna de nuestra isla de sal. Musical telar donde una onírica mujer reprende a su familia de hembras perpetuando la muerte y el reinado de su pesar.

Bernarda No, espectacular interpretación de la obra de Lorca, esta vez por la Compañía Flamenca Ecos bajo la dirección de Ana Meneses fue estrenada finalmente este viernes y tomará también el escenario del Coliseo de las 100 puertas el fin de semana próximo. Pocos detalles pasan desapercibidos ante la visión que inspiró hace más de dos años este proyecto que hoy es una roca sólida pero fértil de emoción. Actuación, música y danza son más que pretextos, enjambre de ilusión donde los personajes ocupan la piel de las bailaoras para encarnar la historia.

No deja de impresionarme el desdoblamiento de Ana Meneses, directora de la puesta, quien también sube a escena como María Josefa, símbolo del incansable sueño de libertad que acosa la casa. También Sandra Sarniñas nos regala salamera su Adela, iluminando las tablas con su carisma y dulzura. En general un elenco histriónico que parece desenvolverse en su elemento, muestra de la estricta preparación y estudio que un clásico como La Casa de Bernarda Alba necesita.

Un protagonista imprescindible es la Banda Sonora compuesta por Noel Gutiérrez, matiz que dota de una tercera dimensión a la obra. Una sonoridad que dialoga desde los Palos Flamencos hasta ritmos electrónicos nos arrastra para sucumbir en la narrativa de esta creación. Así también el uso del audiovisual reflejando algunos elementos místicos del simbolismo que abarca inmenso imaginario de Federico García Lorca. Todo lo anterior compone una pieza que bien navega por los profundos océanos de las especialidades artísticas sirviéndose de cada una para dar voz a un poderoso grito de amor.

Foto: Victor González
Foto: Victor González
Foto: Victor González


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